Tras el anunciado acuerdo de la pasada semana entre las dos principales organizaciones de autónomos y el Gobierno, queda pendientes la ratificación por el resto, tal y como estaba anunciado. Está previsto que sea a lo largo de esta semana, que será decisiva para las cotizaciones de los autónomos en 2019.
La subida propuesta estaba fijada en un 1,25% de la base mínima. Esto suponía apenas 60 euros anuales de subida, una cifra redonda como para que las asociaciones de autónomos lo pudieran vender como un éxito a sus asociados. Pero había trampa, puesto que la subida no se va a quedar en esta cantidad.
Desde el principio la tercera organización en número de asociados de los autónomos ya se desmarcó. Su propuesta es la cotización por ingresos reales y esto está más que nunca en el aire. Sin presupuestos aprobados, las elecciones anticipadas sobrevuelan el panorama de cualquier negociación.
De poco servirá un acuerdo de este tipo si hay un cambio de Gobierno en el segundo semestre del año. En estos casos, el problema es que un acuerdo de transición se convierta en algo mucho más duradero. Por eso el caramelo de pagar un poco más en la base mínima, pero también subidas de tipos y obligación de cotización por cese de actividad y contingencias profesionales son un acuerdo envenenado para muchos autónomos, en el que no les gustaría verse atrapados durante varios años.
Tampoco se esperan grandes retoques, como de nada servirá arrancar compromisos futuros a un Gobierno cuyo futuro también está en el aire. Habrá que ver, más que la foto, como se plasman normativamente todos estos cambios, también las reformas del cese de actividad o qué paga un autónomo y desde cuando mientras está de baja.
Y todo con un escenario más amplio en el horizonte como la reforma del RETA, donde se sigue avanzando y se deberían presentar sus conclusiones en este mes de noviembre. Después queda la discusión y acuerdo en base a esta propuesta de todos los partidos políticos. La partida solo ha comenzado a jugarse. Nos quedan muchas jornadas por delante para empezar a vislumbrar el final.
Imagen | George Becker