En estos días la educación es noticia porque la OCDE, en su informe Education at a Glance 2023, ha publicado sus datos comparativos entre la educación de los distintos países que la conforman.
España no sorprende a nadie, porque está pagando la nefasta estrategia de educación llevada a cabo en las últimas décadas, con una visión cortoplacista y sin pensar en ningún momento en cómo pueden ser mejores personas y profesionales los niños y niñas que nacen ahora cuando terminen su formación.
El sistema educativo español suspendido
La forma más sencilla de saber si un sistema educativo funciona son sus resultados. Y en esto la educación española suspende, solo hay que ver alguno de sus indicadores comparados con los de los países de su entorno.
El 17% de los jóvenes 18 a 24 años ni estudian ni trabajan
Si, es una evidencia, pero es la pescadilla que se muerde la cola: paro y formación. En este caso, España está a la cabeza de Europa en los jóvenes que ni estudian ni trabajan con el 17,2% de ellos en esa situación, el doble que Alemania.
Igualmente, también existe otro dato llamativo, que de los jóvenes de entre 18 y 24 años, solo trabaja el 22,6%, muy lejos del 27% de la media europea o de las cifras en torno al 29% de Francia y Alemania.
Tirar abajo el sistema educativo actual
Cuando pienso en esto, a veces me viene a la cabeza Singapur, que empezó su actual transformación en 1965 y actualmente tiene un sistema educativo alabado a nivel mundial por sus resultados.
Yo lo comentaba a mis amigos en la crisis del 2008 - me miraban mal - , lo primero que había que hacer para construir un país competitivo era tirar abajo la educación tal y como la conocemos actualmente, que no sea un tema político y cortoplacista, sino que se convierta en estratégico y de verdaderos expertos.
Pensemos que si en el 2008 se hubiera hecho este cambio radical, los nacidos ese año ya tendrían 15 años ahora, y se hubieran criado en un sistema educativo totalmente distinto, por lo que estaríamos empezando a recoger los frutos. El tiempo pasa muy rápido para estas cosas, y es deprimente la escasez de visión.
España también suspende en innovación - y con razón -
Al ver este informe de educación, recordé que recientemente se acababa de publicar el European Innovation Scoreboard 2023, que permite evaluar comparativamente a los países por sus niveles de innovación y me planteé cruzar los datos, ya que seguro que tiene relación, dándome esta tabla.
Y es que parece claro que los países con mayor número de NiNis, resultado en gran medida del pésimo sistema educativo, son los que menos niveles de innovación presentan.
En este sentido, cabe destacar que, si bien, en España este indicador general de innovación no está muy lejos de las media europea, es un poco engañoso, ya que si nos fijamos en los indicadores de innovación verdaderamente relevantes, como las Pymes que introducen innovaciones en los procesos de negocio, si está verdaderamente lejos, en España el número de empresas que lo hacen es de 64.326, cuando la media europea es de 153.789, estamos años luz.
En cualquier caso, si el capital humano no está formado, esto no se trasladará al mercado laboral y a las empresas, estas no son competitivas y, o no se crea empleo, este es precario o son en sectores poco productivos. Estamos perdidos.