Cotizar por la base mínima puede condenar al autónomo a vivir peor en el futuro

El 86% de los trabajadores por cuenta propia cotiza por la base mínima, que en 2016 se fija en 893,10 euros. Este porcentaje aumenta hasta el 93% en el caso de los autónomos menores de 47 años. Esta base implica un pago mensual a la Seguridad Social de unos 267 euros, con independencia de cuáles hayan sido los ingresos del autónomo durante ese período. Esta base mínima es, evidentemente, la menos onerosa para el autónomo pero, al mismo tiempo, la que menos coberturas ofrece.

Esta circunstancia provoca, por un lado, que la pensión de jubilación sea un 37% menor en el caso de los autónomos que en el caso de los trabajadores asalariados y, por otro, que la prestación por desempleo o la prestación de baja por enfermedad común sea también mucho más reducida. Y si lo sabemos, ¿por qué la mayoría siguen cotizando por la base mínima?

La respuesta inmediata es evidente: porque no hay margen para aumentarla. El ingreso medio declarado de los trabajadores autónomos apenas llega a los 10.000 euros, y de esa cantidad todavía queda deducir IRPF, IVA y cotizaciones sociales, lo que reduce la renta disponible de los autónomos a niveles escandalosamente bajos. Estos ingresos tan bajos tienen dos lecturas: por un lado, que la crisis económica ha lastrado los beneficios de los pequeños empresarios y, por otro, que el nivel de fraude fiscal es tan elevado como consecuencia de la elevada presión fiscal que tiene que soportar este colectivo.

Con las elecciones a la vuelta de la esquina, a los principales partidos políticos se les llena la boca de agua hablando de los autónomos. Que si eliminar la cuota a los autónomos que obtengan ingresos por debajo del SMI, que si hay que elevar las cuotas tributarias a los que más tienen, que si es necesario acercar las cotizaciones sociales a los ingresos reales obtenidos... Promesas que, tras unos años, acaban en papel mojado.

Lo cierto es que, a día de hoy, ningún Gobierno ha conseguido solucionar el problema. Los trabajadores autónomos continúan teniendo menos derechos que los trabajadores asalariados como consecuencia de una fórmula de cotización alejada de sus ingresos reales. Tal y como ocurre con el trabajo asalariado, convendría encontrar una fórmula que acercase los ingresos del trabajador autónomo a su base de cotización puesto que, de lo contrario, pueden perder calidad de vida.

En Pymes y Autónomos | La pensión de jubilación de los autónomos

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