Pese al cambio legislativo que impide pagar más allá de 60 días en España la presión de los clientes sigue marcando el ritmo a proveedores, si además añadimos administraciones y sus procesos de trabajo eternos que ralentizan el cobro y un escaso acceso a la financiación, nos encontramos con una tormenta perfecta para afrontar cualquier acción que desarrolle la creación de empleo.
Según este informe, el 71% de las pymes encuestadas refiere que tiene dificultades para mantener con vida sus negocios y en un 83% coinciden que el acceso a la financiación es un obstáculo para que un proyecto salga adelante.
Mientras que países de nuestro entorno han visto reducidos los plazos de pago, España y Holanda continúan con retrasos y con un incumplimiento de las medidas más allá de un 68% de los casos. Lo que origina que la rueda se transmita al resto de eslabones de la cadena y se dilaten los pagos a proveedores e incluso a empleados.
Esta situación se hace especialmente insostenible en momentos puntuales del ejercicio en el que las dinámicas de estacionalidad y flujo de ingresos no coinciden y toca adelantar especialmente pedidos para aprovisionarse de materiales con los que poder hacer frente a un incremento del consumo, lo que origina unas situaciones de tensión de tesorería que lastran profundamente la rentabilidad y el sostenimiento de los negocios.
Conseguir que capilarice la legislación es una de las pocas vías de hacer que nuestros diferentes negocios continúen en la brecha.
En Pymes y Autónomos | Pagos a cuenta: Planifícalos con tiempo
Imagen | Aart van Bezooyen