El pasado martes 24 de septiembre conocíamos la quiebra del gigante de viajes Thomas Cook, casi sin previo aviso y dejando en tierra a más de 600.000 turistas, de los que más de 150.000 estaban en España. Esta caída provocó un tsunami sin precedentes en el negocio de los touroperadores europeos, dejando un sinfín de empresas afectadas.
Sin embargo, el Gobierno, a través del presidente canario, Ángel Víctor Torres, ha avanzado que la Seguridad Social estaría estudiando la posibilidad de que las empresas afectadas por la quiebra de Thomas Cook puedan aplazar sus pagos a este organismo durante un periodo de entre doce y 18 meses, según se puede leer en El Confidencial.
Esta medida ya se habría trasladado a las patronales turísticas. Durante este fin de semana se espera conocer el número total de firmas afectadas de forma directa e indirecta. Además, el presidente canario ha abogado por incentivar nuevas rutas turísticas hacia el archipiélago canario, en un intento por conseguir que la caída de Thomas Cook sea una oportunidad para los touroperadores locales.
El objetivo de esta medida no es otro que el de intentar mantener el mayor número posible de puestos de trabajo ligados al sector turístico que, recodemos, supone hasta el 10% del PIB total de nuestro país. España ha sido el segundo país más afectado por la caída del gigante, con 1,23 millones de asientos, solo superado, evidentemente, por Reino Unido, donde el touroperador más antiguo del mundo tenía su sede.
A pesar de la buena voluntad del Gobierno con las empresas afectadas, lo cierto es que, en conjunto, la caída de Thomas Cook no trae buenas noticias para nuestro país. De hecho, ha puesto en alerta al sector turístico español ya que era el encargado de enviar a España cerca de 4 millones de pasajeros, según los datos facilitados por la compañía.