Las relaciones entre un proveedor y una empresa son, en muchas ocasiones, complicadas. El nivel de dependencia que en muchas ocasiones generan unos sobre otros hacen que el coste de cambio sea mucho más elevado que el coste de permanencia que, de por sí, ya puede ser lo suficientemente oneroso como para permitirnos siquiera pensar en el cambio.
Los bancos es un ejemplo paradigmático de este tipo de relaciones. La excesiva dependencia de liquidez que muchas empresas tienen de las entidades financieras les hace vulnerables ante cualquier corte de suministro del mismo, como bien se ha visto en esta crisis. Sin embargo, la información es poder y al igual que el banco conoce la rentabilidad que obtiene con el negocio de tu empresa, nosotros podemos también conocer cuál es el coste aproximado que nos supone la relación con ellos, algo que sin duda será de gran relevancia para establecer futuras relaciones o negociaciones.
A través de un sencillo método conocido como balance banco-empresa, es posible calcular la rentabilidad bruta aproximada que el banco obtiene con nuestro negocio durante un período de tiempo determinado, como por ejemplo el año.
Dicha rentabilidad se obtiene al comparar los ingresos financieros netos percibidos por el banco con el riesgo financiero neto medio que concede a la empresa. Matemáticamente:
Rentabilidad banco-empresa (%) = (Ingresos financieros netos / Riesgo financiero neto medio) x 100
Los ingresos financieros netos se obtienen de la suma de intereses y comisiones que cobran las entidades financieras al pedir un préstamo deduciendo los intereses que a través de cualquier otro producto financiero, como por ejemplo un depósito a plazo fijo, se paguen al banco.
Por su parte, el riesgo financiero neto medio se calcula restando del activo medio la suma de pasivo directo e indirecto medio; dicho de otro modo, el riesgo financiero neto medio se calcula restando el saldo medio de todas las operaciones contratadas por la empresa que supongan un riesgo para el banco (préstamos, líneas de crédito, descuento de efectos...) del saldo medio de todos los depósitos de fondos que la empresa mantiene en la entidad financiera más el saldo medio de las operaciones de compensación, que surgen por la diferencia temporal desde que el banco recibe una cantidad en favor de la empresa hasta que efectivamente la liquida.
Este ratio constituye, por tanto, un elemento muy interesante para facilitar la negociación con las entidades financieras. Si somos capaces de dar una respuesta aproximada de la rentabilidad que proporcionamos al banco y ésta es lo suficientemente elevada, quizá se lo piensen antes de asumir perder un cliente tan importante.
En Pymes y Autónomos | ¿Qué ocurriría si las empresas tuviesen el balance de los bancos? Imagen | blickpixel