Cuando hablamos de financiación a empresas, lo primero que se suele tratar es del crédito comercial, es decir, el que canalizan las entidades de crédito, pero a pesar de que resulta más recóndito, no es menos importante la inversión directa extranjera y otros capitales que utilizan como vehículo los fondos de inversión.
Pues bien, este tipo de financiación está experimentando un crecimiento exponencial en nuestro país (un 75% en el primer semestre del año), hasta el punto de que ya somos el cuarto país europeo receptor de este tipo de inversiones, incluso por delante Finlandia, Suecia y Suiza.
Este hecho denota un cambio de tendencia respecto a la confianza que nos muestran los inversores extranjeros, que tanto necesitamos tras algunos episodios como la corrupción, el altísimo nivel de paro que tiene nuestra economía, y el ánimo de nuestros empresarios, que se encuentra bajo mínimos.
Respecto a este hecho, no quiero precipitarme, pero parece ser que está volviendo la confianza por parte de quién primero nos la retiró. Lo que deja entrever que quizás se avecine un cambio de ciclo, y que ojalá no solo se quede en un espejismo.
En Pymes y Autónomos | ¿Se deben 'relajar' las normas nacionales para atraer a la inversión extranjera?
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