Iluminación. Siempre que puedas natural pero no de ser así utiliza bombillas de bajo consumo energético (reducen hasta el 80% de consumo de energía sobre las normales). Instala temporizadores para manejar las franjas de horario en las que deben funcionar y en los lugares poco frecuentados instala interruptores de presencia.
Calefacción y aire acondicionado. Una temperatura ideal pueden ser los 20ºC. En todo caso, recuerda que cada grado extra aumenta un 8% los costes por este concepto. Divide el lugar de trabajo en zonas independientes de regulación y programación.
Ordenadores. Activa el modo de ahorro de energía y apaga todos los ordenadores al acabar la jornada.
Pantalla. ¿Sabías que consumen la mitad de la energía del equipo informático? Como es frecuente renovar las pantallas antes que el ordenador, fíjate que sean de bajo consumo.
Impresoras y fax. Activa el modo en espera mientras no se usan.
Fotocopiadora. Lo ideal sería desconectarla cuando no se use.
Máquinas expendedoras. Si no son programables, colócales un programador para que no funcionen cuando la oficina está vacía.
Teléfono. Haz las llamadas telefónicas “de empresa” a través de la red de ordenadores. La operadora es automática y también ahorras en mantenimiento e instalación.
Otros aparatos eléctricos. Desactiva la función stand by. Es la responsable de un consumo de energía considerable.
En todo caso, interruptor general aparte, las regletas multienchufe son muy útiles para asegurarse de que todo queda apagado. Mira que tengan toma de tierra y luminoso. Y para que todo no se quede en buenas intenciones, implica a todo el personal. Los hábitos ahorradores son cosa de todos, no solo del jefe.
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