La última década ha servido para derribar poco a poco muchas de las paredes en las oficinas. Literalmente. Los pioneros de esta forma de organización fueron algunos de los gigantes tecnológicos a los que siguieron muchos más. Todo apuntaba a que sería la mejor idea para mejorar la productividad y la interacción de los equipos. Sin embargo, no siempre es bienvenida. Los estudios muestran con frías cifras lo que algunos testimonios certifican..
Uno de esos testimonios es el de Lindsey Kaufman, trabajadora del sector de la publicidad. En un artículo publicado en el Washington Post explica su visión crítica de esta forma de organizar la oficina, después de que la agencia para la que trabaja decidiera implantar ese modelo de oficina abierta. Debía adaptarse nueve años después de una organización en la que ella contaba con su propio espacio privado.
"Me vi obligada a cambiar mi oficina privada por un asiento en una larga y compartida mesa. Me sentí como si mi jefe me quitara la ropa y me dejara de pie en ropa interior", explica. Posteriormente, recuerda las interrupciones, el ruido y las dificultades para concentrarse.
Sobre su rendimiento, se muestra clara: "He conseguido interesantes relaciones con mis compañeros; pero mi rendimiento personal ha llegado al mínimo", recuerda. De hecho, el resultado es que sólo puede trabajar de manera efectiva cuando no hay nadie alrededor o cuando se encuentra sola en una pequeña sala de reuniones.
Pese a esta experiencia tan crítica, aporta soluciones para empresarios que sigan pensando que esta es la mejor forma de organización interna del 'centro de operaciones'. La creación de áreas privadas (las llamadas 'peceras'), el establecimiento de normas sobre interrupciones y la eliminación de ruido y música en el espacio de trabajo son las tres que ella recomienda.
Un testimonio como el de esta trabajadora no puede sorprender a nadie. En estas mismas líneas se ha tratado en varias ocasiones esta problemática y los estudios que corroboran la necesidad de una solución que lleve a un mejor rendimiento de los equipos. Sí pone de manifiesto que hay mucho que mejorar en esta forma de distribuir a los equipos.
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