El coste de este tipo de edificaciones es equivalente a los costes de la edificación convencional siempre y cuando se plantee la eficiencia energética desde el propio proyecto y no se requieran reformas posteriores en el transcurso de la edificación. Aunque el proceso de adaptación en eficiencia energética pueda parecer caro a simple vista, es muy interesante llevar a cabo este tipo de mejoras dado que los resultados de rentabilidad se obtienen a medio plazo. El ahorro energético debe ser una prioridad para la empresa, tanto a nivel de electricidad como principal fuente de consumo energético como ahorro de agua, gas, gasoil o cualquier otro tipo de energía que consuma. Los costes de suministro energético van a encarecerse mucho en los próximos años y mejorar y recortar estos gastos van a mejorar sustancialmente los costes en la empresa.
Además del propio proceso productivo, contar con unas instalaciones con protección térmica, minimizar el impacto del clima exterior, aprovechar al máximo la iluminación natural, sistemas eficientes de consumo de agua y sistemas inteligentes de mejora en el apagado o encendido de iluminación disminuyen la factura energética de cualquier empresa.
En el caso de la pyme, podemos situarnos en cualquier tipo de negocio, local comercial, nave industrial o similar. Basta con que miremos la factura energética para que nos demos cuenta de lo necesario que va a resultar gastar menos en energía, adaptando nuestros propios edificios o consiguiendo trasladarnos a edificios energéticamente eficientes.
Vía | El Mundo En Pymes y Autónomos | IDAE: instituto para la diversificación y el ahorro de energía Imagen | Adriano Agulló