Desde el momento en que tenemos un idea sobre un nuevo negocio, bien sea para crear una empresa o como una nueva linea de negocio en una que ya existe, debemos evaluar si esa nueva idea es realizable, es vendible y si es rentable. Para llevar a cabo esta evaluación recurrimos a la elaboración de un plan de empresa.
Diseñar un plan de empresa es un ejercicio de análisis y planificación que nos permitirá, de una manera objetiva, responder a una serie de preguntas que nos ayudarán a tomar la decisión de dedicar o no el esfuerzo necesario para llevar esa idea a la práctica. Pero antes de realizar este ejercicio debemos tener claras una serie de premisas.
El primer destinatario del plan de empresa es el propio promotor de la idea. El plan de empresa no es un documento standard que se presenta a un inversor o a una institución para que nos dé financiación o un subvención para desarrollarlo. A quien primero ha de convencer el plan de empresa es a quien lo elabora, que es quien va a realizar el esfuerzo y dedicar sus recursos (trabajo, tiempo y dinero) para llevarlo adelante. Por eso ha de ser un trabajo donde prime la objetividad.
La elaboración de un plan de empresa es un ejercicio de análisis y planificación, por tanto en una tarea que está sujeta a cambios constantes. Es imposible tener todo claro a la primera y además es imposible acertar a la primera, habrá que hacer cambios, modificaciones, a veces habrá que volver sobre aspectos que ya parecían solucionados y trabajar de nuevo en ellos.
El plan de empresa ha de ocuparse inevitablemente del qué, del cómo, del quién, del cuándo y del cuánto. Todo ello orientado a definir productos, mercados, recursos, objetivos, estrategias, ... Nada de esto se puede obviar si queremos ser rigurosos.
La planificación es un ejercicio teórico pero no servirá de nada si no se valida en la práctica. En nuestra actividad van a intervenir factores internos (de la propia organización y su modelo) y externos (circunstancias del mercado, competencia, clientes, proveedores, etc.). Encerrarse a preparar el plan de empresa sin salir a la calle a validarlo no sirve de nada. Para que nuestro negocio funcione necesitamos que haya compradores, que estén dispuestos a pagar por lo que le ofrecemos y que lo que nos van a pagar compensen y sobrepasen los costes asociados al mismo y eso sólo se puede saber en la calle, nunca nos lo va a decir un papel elaborado internamente.
En Pymes y Autónomos | Cuatro claves que explican por qué se necesita un plan de negocio Imagen | szwerink