Es una evidencia que el mercado interno no despega y que son cada vez más las empresas que se deciden salir al exterior a ofrecer sus productos y servicios. En el caso de que nos planteemos dar el paso lógicamente debemos plantearnos hacia donde y para ello hay ciertos puntos a tener en cuenta.
Lo que está claro es que el mayor peso en esta decisión lo tiene el análisis de dónde puede estar nuestro mercado objetivo. ¿Cuál es el mejor destino para nuestro negocio? en principio allí donde podamos dar mejor salida a lo que ofrecemos y eso es lo primero que debemos tener claro.
Sin embargo eso no es sólo lo que debemos tener en cuenta. Hay una serie de condicionantes que nos pueden hacer cambiar de opinión o que en caso de que este aspecto no esté claro puede ayudarnos a decidir.
En principio los dos mercados más accesibles son la UE y Latinoamérica. En el primer caso nos encontramos con ventajas como la libre circulación de personas y capitales; moneda única; cercanía geográfica, ... Son varios los factores que pueden hacer que la balanza se incline hacia la internacionalización hacia el mercado europeo.
América Latina ofrece otros atractivos: economías en desarrollo, con mayor demanda; mismo idioma; necesidad de productos o servicios especializados que no disponen en sus países; ... Lógicamente el esfuerzo para posicionarse puede ser mayor y más costoso, pero el crecimiento económico de la zona puede tener un peso importante.
Otras alternativas (USA o Asia) suelen ser más complicadas, pero no por ello debemos desestimarlas.
Al final lo que debemos contemplar a la hora de dar el paso son las características de ese mercado, el riesgo-país y el riesgo-divisa, la seguridad jurídica y, por supuesto, los costes de establecimiento y desarrollo de la actividad. Todo ello forma un conglomerado que debemos considerar antes de empezar este nuevo proyecto.
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