Al igual que le sucede a muchos españolitos de a pie, la caída de las empresas dedicadas a la construcción no es algo que me haga derramar una lágrima . En gran parte, han sido culpables de la burbuja inmobiliaria que nos afecta a día de hoy. A pesar de todo, este sector es muy amplio y hay que saber diferenciar entre los grandes promotores (Entrecanales, ACS, FCC, Acciona, etc.) y los pequeños. Mientras que los primeros se han movido con mayor soltura en el campo de la especulación, los segundos, en general, han puesto en marcha promociones más modestas, las cuales han sido una fuente de empleo y riqueza local. Con esto no quiero decir que haya buenos y malos en el sector inmobiliario. Simplemente, hay que recordar que no todos son iguales en este sector.
Como ya vimos al hablar sobre la industria turística, el sector inmobiliario está muy limitado para poder liberar su stock de viviendas no vendidas. El factor principal es el precio. Eso no quiere decir que no podamos recurrir a otras opciones para hacer más atractivo nuestro producto. Algunas de ellas ya se han puesto en marcha, demostrándose su efectividad:
Facilita a tus clientes la visita a tus viviendas: En Córdoba, un grupo de inmobiliarias ha creado visitas guiadas para viviendas en venta. El plan consiste en meter a todos los compradores interesados en un autobus, lo que les permite ver un gran número de pisos en poco tiempo. Los compradores se ahorran el coste en gasolina y el tiempo que tendrían que utilizar en buscar y seleccionar viviendas, y los vendedores crean una "masa crítica" de compradores.
Establece acuerdos con entidades bancarias para conseguir créditos para tus clientes: En un gran número de casos, el problema no reside en convencer a los clientes para que adquieran nuestras viviendas, sino en que estos tengan la suerte de encontrar un banco que les ofrezca un crédito cuyas condiciones no se aproximen a la usura. Quizá las condiciones que consigamos para los clientes no sean mucho mejores que las que ellos puedan encontrar por sí mismos, pero gracias a nuestro tamaño y a nuestra condición de empresa siempre dispondremos de mayor músculo negociador. En esta línea, otra opción sería investigar y elaborar una guía para nuestros clientes con aquellas entidades que ofrecen mejores condiciones para formalizar una hipoteca.
Deja que tus compradores prueben la casa antes de comprarla: Una inmobiliaria catalana ya lo hace. Y la lógica tras esta técnica es incontestable. Si antes de comprar un coche lo probamos para saber si se adapta a nuestro estilo de conducción ¿por qué no hacer lo mismo con nuestra futura vivienda?. De esta forma, podemos saber si hay ruidos, si los supermercados están cerca, si los vecinos son gente honrada o amantes de las fiestas, etc.
Recurre a nuevos métodos de venta: Con un precio de seis cifras, cualquier comprador se echa para atrás. Ante esto, en lugar de colgar la etiqueta con el precio a la vivienda que queremos vender, podemos utilizar otros sistemas de venta. Por ejemplo, la subasta inversa. La casa se la lleva quien ofrezca menos dinero (o la segunda oferta menor) dentro de un margen mínimo. Esta fórmula es perfecta si nuestra prioridad es deshacernos de nuestro stock de viviendas y cubrir nuestros gastos.
Alquila: Si nada de lo anterior funciona, piensa en alquilar tus viviendas en stock. Además de las ventajas fiscales que esto ofrece, el mercado del alquiler es mucho más flexible que el de venta. Al mismo tiempo, te permitirá disponer de algunos ingresos. Y algún ingreso es siempre mejor que ninguno.
¿Qué opináis sobre estas propuestas? ¿Creéis que pueden modificar la decisión de compra de quienes estén buscando una vivienda? ¿O el precio sigue siendo el factor clave?
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