La aerolínea Spanair no pasa por sus mejores momentos, acuciando una situación financiera delicada que ha ido progresando negativamente al calor de la crisis económica y el encarecimiento de los precios de los combustibles. Por ello, padecen una necesidad de capital importante, para la que se le está relacionando con muchas ‘novias’ entre las que se destacan Qatar Airways, que pretendería una participación máxima (un 49% de la compañía por limitación de la normativa europea) con la condición de un cambio de la denominación social de la empresa, para pasar a llamarse Barcelona Airways.
Esta pretensión está encasillada dentro de la estrategia de expansión internacional de la aerolínea árabe, que situaría en el aeropuerto de El Prat su centro de operaciones para los vuelos con Asia, Europa y América Latina. Pero, ¿por qué no es una buena idea? ¿Por qué retrocedería el ‘valor de su marca’?
La marca es la seña de identidad de una compañía, al emitir al mercado una identidad, que pretende que sus clientes se identifiquen con ella para tratar de ganar un lugar preferencial en la decisión de compra que se formen estos ante una determinada necesidad.
Dicho esto, la actual denominación, Spanair, es una marca que hace referencia a la marca España, identificando a todos los españoles, que con independencia del deterioro que ha podido acaparar por distintos acontecimientos que han sucedido, entre los que se destacan el gravísimo accidente que tuvo lugar en agosto de 2008, es muy comercial a lo largo de toda la geografía nacional.
En cambio, la previsible nueva denominación es una marca local, que en lugar de abrir puertas, las cierra, porque no logra el mismo grado de identificación entre los españoles, que no olvidemos que son quienes habitan su principal mercado. Lo que le restaría cuota de mercado y en consecuencia, beneficios potenciales. Mostrando un claro ejemplo de qué es lo que no se debe hacer con una marca.
En Pymes y Autónomos | La influencia de la marca
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