Hace unos días, una amiga compartió vía Twitter un cartel y lo etiquetó como lettering. El lettering tiene mucho que ver con la creatividad, simplemente se trata de dibujar letras de forma legible y creativa.
Encontramos este tipo de carteles con un conjunto de letras dibujadas (que no escritas) y además de parecernos hermosas, ingeniosas o elegantes, dan un toque al negocio a pie de calle, vistoso. En un mundo donde todo va muy rápido para la mayoría, optar por un taller de lettering se puede convertir en una profesión, aunque sea un proceso lento el poder vivir de ello.
Los diseñadores de tipografías han apostado por tipografías con estilo personal. Es por eso que, existen en el mercado muchas tipografías que se diseñan para imitar el efecto de la escritura caligráfica o del lettering.
Pero si un comerciante desea llamar la atención del viandante deberá apostar por un experto en esta materia, ya que no harán un cartel igual. Si pinchas en el siguiente enlace verás un ejemplo de lo que estos artistas pueden llegar a hacer.
Como comentábamos al inicio, desde hace unos años, se pueden realizar talleres de lettering como ocio o también para dar un paso más y hacer encargos para pequeños locales u otro tipo de clientela.
Al fin y al cabo, es una manera de distinguirnos de la competencia tanto con los carteles como en la decoración interna del local, y a la hora de realizar pequeñas acciones de marketing en las redes sociales.
Se habla de marca personal, pero la marca corporativa es fundamental para que con un golpe de vista se sepa quiénes somos. Tal vez sea una odisea alcanzar a los 'monstruos' de ventas online, pero sí sea más accesible enamorar a un cliente con lo visual. Y que la experiencia de compra se convierta en un momento placentero.
Las palabras son bellas, pero también sus formas y si eliges las que representan a tu empresa (grande o pequeña) estarás personalizando también tu producto. A todos nos gusta que se cuide un empaquetado.
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