Según denuncia UPTA son más de 1.400.000 autónomos los que siguen sin poder deducirse las dietas por el criterio restrictivo aplicado por Hacienda. Y esto cumpliendo con todos los requisitos que en su día se pusieron para poder justificar dichos gastos cuando un autónomo desarrolla su actividad fuera de su localidad.
Dichos requisitos establecían que el gasto se generase en el desarrollo de la actividad económica, en establecimientos de restauración, y que el pago se efectuase por medios electrónicos. Y lo peor de todo es que desde el Gobierno saben que es un agravio que en su momento prometieron corregir. Pero claro estando en la oposición es muy fácil hacer promesas que luego, no importa quien lo ocupe, cuando se llega al Gobierno y se tienen que tomar decisiones se olvidan.
Desde UPTA han remitido en multitud de ocasiones el texto que resolvería definitivamente cualquier tipo de interpretación equivoca. Un sistema que define claramente la jornada de trabajo dejando prueba efectiva del gasto legible, y que incorpora los pagos indirectos como un sistema adecuado para realizar la transacción dineraria.
No es la primera vez que una ley que a priori favorece a los autónomos en su aplicación práctica se queda en algo anecdótico. La deducción por los gastos de suministros de los profesionales que trabajan en casa es otro ejemplo, donde del 30% prometido, la realidad se quedó en apenas entre un 5 o 10% en el mejor de los casos.
Es un suma y sigue. Algo injusto para muchos autónomos porque siguen manteniendo un criterio muy restrictivo a la hora de poder deducirse sus gastos, aquellos que son necesarios para el desarrollo de su actividad económica. Y es muy complicado si desde la Agencia Tributaria se pone la carga de la prueba en el autónomo, para que demuestre que este gasto es afecto a la actividad económica.
El resultado es que se acaba pagando mucho más de lo que correspondería. Pero también tiene un efecto secundario, sobre todo ahora en momentos de crisis, donde si se que no me puedo deducir el gasto, casi prefiero llevarme el bocadillo de casa que comer en un bar si estoy fuera de casa, porque ese dinero no lo recupero. Y esto supone menos actividad económica en hostelería, precisamente un sector que lanza campañas como el día de comer fuera de casa, para ayudar a su recuperación.
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