Seguro que todos conocemos algún caso. Una inspección de Hacienda, un impago de unas multas que nunca llegaron a notificarnos, etc. El caso es que no pagar en tiempo y forma a Hacienda puede salir caro ya que la Agencia Tributaria impone multas o recargos, además de los correspondientes intereses de demora. Esto al menos sobre el papel, por la realidad es que Hacienda no llega a cobrar más que el 30% de dichas multas y recargos.
Al menos esos son los datos que analiza Gestha, el sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda. Esto ha supuesto en la última década dejar de ingresar al menos 17.000 millones de euros que se quedan en el limbo. En 2018 este monto de multas y recargos superó los 1.800 millones, pero en los años de la crisis rondaba fácilmente los 3.000 millones.
Y es aquí cuando uno piensa, pobre autónomo, cómo es posible que no cobren. Al fin y al cabo la experiencia nos dice que el autónomo o la pyme que no paga, los primeros que cobran son Seguridad Social y Hacienda. De hecho parece que la Agencia Tributaria no es tan efectiva como podría parecer, ya que solo es capaz de recuperar un euro de cada tres de los contribuyentes morosos.
Desde el sindicato Gestha lo achacan a una falta de medios humanos en la Agencia Tributaria, cuyo nivel de efectivos está muy por debajo de la media de las administraciones tributarias europeas. Aunque es cierto que aquí están muy por delante en los servicios telemáticos o la implantación de soluciones como el SII, que ya controlan el 90% de la facturación de todo el país.
Si a esto le sumamos que el otro foco recaudación que no aflora como el caso del sistema de módulos, el Ministerio sigue mirando al tendido y poniéndose de perfil en lugar de aplicar la ley para rebajar los límites tal y como estaba estipulado desde hacer años. Desde luego serían ambos conceptos sumados un buen pico que seguro evitaría la imposición de nuevos tributos.
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