El PGC establece como uno de los principios contables básicos el por lo que las normas generales que lo regulan se establecen para las empresas que tienen actividad. ¿Qué pasa con las empresas inactivas? en estos casos hay ciertas obligaciones de información contable que también están determinadas.
Las empresas inactivas aplicarán las normas de valoración que resulten más adecuadas para reflejar la imagen fiel de la empresa en lo que respecta a su activo, la cancelación de sus deudas y, si procediera, repartir el patrimonio resultante. Toda esa información se debe suministrar en la memoria de las cuentas anuales.
La norma indica que cuando los administradores de la sociedad o los responsables de la entidad sean conscientes de la existencia de incertidumbres importantes sobre la posibilidad de que la empresa siga funcionando normalmente, deberán reflejarse en la memoria, en el apartado "Bases de presentación de las cuentas anuales".
Existen diversos aspectos relevantes que pueden servir de ejemplo para estos casos. En cuanto a los aspectos financieros podemos señalar:
- Posición patrimonial neta negativa o capital circulante negativo.
- Préstamos a plazo fijo próximos a su vencimiento sin perspectivas. realistas de reembolso o renovación o dependencia excesiva de préstamos a corto plazo para financiar activos a largo plazo.
- Indicios de retirada de apoyo financiero por los acreedores.
- Flujos de efectivo de explotación negativos en estados financieros históricos o prospectivos.
- Ratios financieros clave desfavorables
- Pérdidas de explotación sustanciales o deterioro significativo del valor de los activos utilizados para generar flujos de efectivo
- Atrasos en los pagos de dividendos o suspensión de estos, incapacidad de pagar al vencimiento a los acreedores o incapacidad de cumplir con los términos de los contratos de préstamo
- Cambio en la forma de pago de las transacciones con proveedores, pasando del pago a crédito al pago al contado
- Incapacidad de obtener financiación para el desarrollo imprescindible de nuevos productos u otras inversiones esenciales, entre otros.
Si hablamos de aspectos operativos podemos señalar:
- Intención de la dirección de liquidar la entidad o de cesar en sus actividades.
- Salida de miembros clave de la dirección, sin sustitución de los mismos.
- Pérdida de un mercado importante, de uno o varios clientes clave, de una franquicia, de una licencia o de uno o varios proveedores principales.
- Dificultades laborales.
- Escasez de suministros importantes.
- Aparición de un competidor de gran éxito.
También hay aspectos legales o de otra índole como:
- Incumplimiento de requerimientos de capital o de otros requerimientos legales
- Procedimientos legales o administrativos pendientes contra la entidad que, si prosperasen, podrían dar lugar a reclamaciones que es improbable que la entidad pueda satisfacer.
- Cambios en las disposiciones legales o reglamentarias o en políticas públicas que previsiblemente afectarán negativamente a la entidad; catástrofes sin asegurar o aseguradas insuficientemente cuando se producen.
Lógicamente que se den estos hechos pueden compensarse con otros factores, por lo que la significatividad de los mismos puede suavizarse. Por eso lo prudente en reflejarlos en la memoria y determinar el impacto de los mismos en cuanto a la continuidad de la empresa.
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