El rendimiento empresarial se mejora por dos vías: podemos actuar por la vía de los gastos y podemos intentar atacar la generación de ingresos. Cualquier plan de ajuste, debe contemplar mejoras en ambos sentidos.
1.- Vigila tus costes financieros.
Uno de los costes que pueden pasar más desapercibidos en la empresa son los costes financieros. Negocia correctamente con tu entidad financiera y consigue tener cuentas corrientes libres de comisiones si realizas muchas operaciones de pago de transferencias, consulta de cuentas online, cobros con TPV... Los gastos financieros, tanto de comisiones como de intereses, son negociables, ajustables y evitables en bastantes ocasiones.
2.- Controla tus suministros.
¿De verdad es imprescindible esa llamada desde el móvil? ¿No es sustituible por un email? Haz un uso racional de tus telecomunicaciones. Ahorrarás en gastos y mejorarás tu productividad. Este mismo control lo puedes tener con el suministro eléctrico y los sistemas de bajo consumo en iluminación, apagado de máquinas cuando no están funcionando y resto de sistemas eléctricos que uses.
3.- Volumen de compras, stock y precios.
Si hay una pata clave a la hora de controlar adecuadamente nuestra tesorería y el ahorro de costes, es el volumen de compra necesario y la negociación en precios. Por ejemplo, si mi empresa consume 3 tóner al año y 2.000 folios, haz compra masiva de todo el consumo anual, puesto que conseguirás mejor precio que realizando 3 compras a lo largo del año.
4.- Genera ingresos con tu tesorería.
Uno de los principales handicaps de las empresas es rentabilizar los saldos ociosos de tesorería. Es muy usual que tengamos algunos miles de euros en cuentas corrientes sin remunerar que no vamos a utilizar a corto plazo. En cualquier entidad financiera podremos encontrar imposiciones a plazo con cierta retribución o cuentas corrientes remuneradas que nos generarán una pequeña cantidad de ingresos.
5.- Controla realmente qué servicios están incluidos en el precio y cuáles no
Muchas empresas que prestan servicios no tienen una línea clara de qué servicios están incluidos en el presupuesto inicial y cuáles no. Muchas empresas pierden ingresos por el mero hecho de que no facturan estos servicios extras demandados por el cliente que no estaban contemplados inicialmente. Sé muy claro con tus clientes desde el momento que te soliciten servicios que no se contemplan en el acuerdo inicial y avisa de su coste para facturarlo después.
6.- Controla los gastos de marketing y mide su resultado.
Un frente que genera verdaderos problemas en todas las empresas es el coste de la publicidad, el marketing que se realiza y el retorno de dichos gastos vía aumento de ventas. Es labor imprescindible medir perfectamente estos costes y asociar los ingresos que nos generan puesto que ninguna empresa puede permitirse de manera indefinida campañas publicitarias cuyo coste global no se recupere vía ingresos.
7.- Nunca dejes de pagar a las administraciones públicas.
Y por último, ten muy claros los plazos de pago de los diferentes impuestos, tasas y contribuciones a la Seguridad Social puesto que no pagar en plazo a la administración pública acarrea costes que superan con facilidad el 20% de la cantidad que dejamos de pagar. Si no dispones de tesorería suficiente para afrontar el pago en su momento, analiza si son aplazables o fraccionables este tipo de pagos que la mayoría de ellos lo son.
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Imagen | Xurxo Martínez