El Gobierno y los agentes sociales siguen negociando para implantar la cotización por ingresos reales. Y se vuelve a dilatar un año más, ya que en un principio estaba prevista su puesta en marcha para el año que viene. Pero la cotización por ingresos reales para autónomos se retrasará finalmente a 2023.
Además se podrá elegir la base en función de su previsión de los ingresos que se puede modificar varias veces a lo largo del año. El acceso a este nuevo sistema será progresivo y además se habilitaría un periodo transitorio de nueve años para completar todo el proceso y dar tiempo a los autónomos a que se adapten al nuevo sistema.
De esta forma se confía en vencer la resistencia de muchos de los implicados a adoptar un sistema de cotización por ingresos reales que parece no tener marcha atrás. Ya lo hemos comentado en múltiples ocasiones, pero para una parte del colectivo significará que el coste de ser autónomos será mucho más alto.
Retrasarlo un año también facilitará que no haya tantas distorsiones. Es muy complicado montar un sistema de este tipo cuando los dos últimos años han sido de todo menos normales en la facturación para una gran parte de los autónomos. Y esto supone un grave problema a la hora de estimar los ingresos que se tendrán a final de año.
Además el periodo transitorio está pensado para que los autónomos vayan incorporándose al nuevo sistema poco a poco, en principio los más interesados serán aquellos que ganan menos del SMI ya que pagarían menos, mientras que el resto podrían seguir como hasta ahora, aunque no creo que haya libertad completa.
Porque si podemos elegir base, pero se debe pagar por ingresos reales finalmente, la liquidación final será problemática para aquellos que hayan logrado rendimientos más altos. Habrá que ver en cuántos tramos se divide finalmente la cotización, cómo funciona el periodo transitorio o cómo se realiza la liquidación anual. Con todos estos datos podríamos hacernos una idea más concreta de cómo funcionaría el sistema.
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