Cuando en muchas empresas se habla de protección de datos uno de los aspectos olvidados es la política de mesas limpias. En muchas empresas se pueden observar a simple vista como los datos de los clientes están a la vista de cualquiera que entre a la oficina y se pare delante de una mesa. Es un problema de falta de formación y concienciación de los empleados.
Peor aún es cuando estos empleados trabajan de cara al público. Y es habitual que reciban visitas donde cualquiera puede tener acceso a simple vista a datos personales, ya que no se pone ningún cuidado en ocultarlos. Basta tomar una simple foto como por descuido para tener datos que en cualquier caso deberían ser privados.
El caso llega al absurdo en estas bonitas oficinas y despachos a pie de calle en los que los empleados trabajan de espaldas a una cristalera. Donde cualquiera que se pare detrás de ellos puede leer lo que están haciendo en sus ordenadores, en estas pantallas que cada día son más grandes y con más definición.
Y si no siempre queda el recurso de leer simplemente las notas adhesivas que están pegadas en las mismas. Correos personales, números de teléfono y nombres de clientes, etc. Accesibles para cualquiera que se pare a mirar. Incluso cuando la oficina está cerrada, porque las notas adhesivas siguen estando ahí.
Por un lado refleja un claro problema de transformación digital. El papel se sigue utilizando mucho más de lo que se debería. Por otro lado un claro problema de formación, porque el mismo dato anotado en una libreta cerrada y dentro de un cajón, no sería ningún problema. Puede parecer un asunto trivial, pero si un día un cliente denuncia a una de estas empresas se van a encontrar con un grave problema. Todo por no tomar las medidas oportunas para mantener la privacidad de los datos.
Imagen | Pexels