Siguiendo con las distintas opcinones que se barajan para poner en marcha el nuevo modelo en las relaciones laborales en España, se ha hablado de la posible implantación de un sistema basado en la flexiseguiridad, pero ¿en que consiste este modelo?. La flexiseguridad es un concepto que nació en Dinamarca y que se ha ido exportando al resto de países escandinavos.
La política laboral danesa se basa en que es un mercado laboral totalmente flexible, no hay ninguna restricción a la hora del contrato o del despido, pero está asociado a un alto nivel de seguridad en los ingresos incluso para los desempleados. Las políticas de empleo garantizan los trabajadores cualificados por la continuidad de la formación y capacitación profesional. Los trabajadores tienen cada año dos semanas pagadas para formación continua, para ellos la inversión en la cualificación del trabajador significa poner las bases para lograr el éxito.
La tasa de ocupación danesa, en 2005, llegó al 75,9%, con amplia participación de la mujer (72%). El desempleo se sitúa en torno a un 4%. El trabajo a tiempo parcial es voluntario y representa el 22%. El despido aunque es libre, en el sentido de no existir necesidad de cumplir un largo periodo de preaviso y no tener demasiadas restricciones, se considera un paso transitorio hacia otro empleo.
En estas condiciones, el tener que cambiar de empleo no implica demasiados problemas, porque se buscan que los nuevos empleos sean también de calidad y las prestaciones por desempleo (hasta cuatro años) alcanzan el 90% del salario.
El permiso por maternidad se extiende a dos semanas antes del parto y otras catorce después; el paternal a dos semanas. Pero, además tienen derecho a otras 32 semanas a repartirse entre ambos según conveniencia.
Para financiar este gasto, su sistema fiscal es bastante progresivo, de manera que tiene presente la contribución de todos especialmente por los impuestos directos, que actualmente representan el 29,8% del PIB (más del doble de la media de la UE, 12,4%). A un trabajador cualificado, de sus ingresos el 65%, es lo que le queda neto, una vez que ha contribuido a las cargas sociales.
¿Sería posible implantar estas condiciones en nuestro país? Difícil, creo yo, aquí hay muy poca flexibilidad y, en determinados sectores, baja cualificación. Una gran parte de los trabajadores buscan el modelo del funcionario y los empresarios que apuestan por la formación son más bien pocos, además la carga impositiva que se asume también es muy alta.
Tampoco beneficiaría a las pymes porque, con el mismo sistema, ¿cuántas podrían prescindir de sus trabajadores esas semanas de formación contínua? La gran cantidad de micropymes que tenemos en nuestro pais, tendrían enormes inconvenientes para poder cumplir con ese tiempo de formación pagada.
Ayer desde el FMI avisaban que España debe buscar su propio sistema laboral y no intentar imitar el de otros países. Independientemente de que haya determinadas políticas que se han aplicado con éxito, cada país tiene sus caracterísiticas y no todos lo modelos son exportables.
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