Siete retos pendientes a resolver mientras se sale de la crisis económica
Cuando hace poco más de un año muchos de nosotros tuvimos que confinarnos en casa en lo que se suponía que iba a ser un paréntesis, ya se pronosticó que quizás no íbamos a salir exactamente igual que como entramos. Las empresas tienen que adaptarse a un entorno cambiante y el mundo que van a encontrar cuando todo vuelva a la normalidad no será el mismo. Además hay siete retos pendientes a resolver mientras se sale de la crisis económica.
Porque había muchas cuestiones pendientes que afectaban a las empresas, al mercado de trabajo a nuestro modelo productivo. Y no pueden quedarse en el olvido, es necesario saber gestionarlos a la vez que se va saliendo de la crisis económica. Lo cierto es que las condiciones económicas han empeorado y esto lo cambia todo.
1. El salario mínimo
Uno de los temas que estaban en la agenda del Gobierno era llevar el SMI al 60% del salario medio en España, siempre que se dieran las condiciones económicas de crecimiento adecuado. También desde la UE se quiere mejorar este aspecto. Este matiz es importante, puesto que la crisis ha provocado que este objetivo sea muy complicado de alcanzar, al menos en esta legislatura.
Se ha subido el SMI de forma notable y la moderación salarial del nuevo escenario económico hará que no sigan aumentado las diferencias, puesto que el salario medio al menos no ha subido. Pero es necesario llegar a un consenso con los agentes sociales para poner un calendario encima de la mesa para la próxima década. Esto dará más seguridad jurídica para facilitar futuras inversiones.
2. La reforma laboral
La derogación de determinados aspectos de la última reforma laboral también era un objetivo claro del Gobierno. El nuevo Estatuto de los Trabajadores del siglo XXI tendría que crear el marco jurídico para dar cobertura a nuevas formas de relación laboral. Y esto se tiene que producir sin menoscabo de derechos o protección de los trabajadores.
Pero también facilitando la flexibilidad laboral que muchas organizaciones necesitan para poder competir y dar respuesta a los nuevos desafíos del mercado. Lograr que ambos ingredientes se combinen de forma adecuada sin que supongan un freno para el empleo ni la inversión es cuestión clave. Y la dificultad para encontrar el maridaje entre ambos.
Acabar con la temporalidad es otro de los retos. El modelo de contratación, el coste del despido son alguno de los frenos para transformar contratos temporales en estables. Y en un mercado laboral como el español, donde ya gran parte de la contratación está ligada a una estacionalidad marcada por el turismo de sol y playa se ha convertido en algo endémico complicado de solucionar.
3. La economía sumergida
Es uno de los elefantes que están en la sala, pero que Gobierno tras Gobierno no quieren ver. No hablo ya de acabar con la economía sumergida, pero al menos si dejarla en unos parámetros que sean aceptables a nivel europeo. La cuestión es que si no se toman medidas cada vez nos alejamos más de ellos y aumenta en momentos de dificultades como el actual.
Esto también afecta al empleo. Mantener bolsas de desempleados que muchos de ellos no tienen más ingresos que los que consiguen en esta economía sumergida. ¿Cuántos empleos se generarían, cuánto recaudaría Seguridad Social o Hacienda si todas estas relaciones laborales irregulares se formalizaran?
4. La reforma fiscal
Es otro de los aspectos pendientes. Pymes que tributan por tipos superiores a grandes corporaciones. Trabajadores que se marchan a otros países con fiscalidad más favorable, teletrabajadores extranjeros que consideran atractivo nuestro país, pero que a nivel fiscal pueden pagar bastante más que en sus países de origen.
Y todos estos temas pendientes con empresas con un alto nivel de deuda después de la crisis
Pero también a nivel de IRPF es necesaria una revisión. Hay que tener en cuenta cuál es el objetivo final, recaudar más. Y aquí también estamos lejos de Europa en lo que tiene que ver con la presión fiscal. No se trata de poner tipos más altos, sino de que todo el mundo pague y no se escapen con bonificaciones, deducciones fiscales, etc.
Luego también está pendiente la revisión del sistema de módulos, una figura fiscal arcaica pero efectiva. Lo lógico es que desaparezca más pronto que tarde. Que progresivamente sean menos empresas las que puedan acogerse a esta alternativa, hasta que sea algo residual.
El SII o soluciones como el sistema Batuz, si se implanta algo parecido a nivel nacional, pueden ser un gran cambio en las empresas. El IVA es un sistema de recaudación sencillo y efectivo. Pero en España está lleno de excepciones. Quizás si se bajan los tipos, pero se generalizara sería una fórmula que permitiría recaudar más.
5. Reforma de la Seguridad Social
La jubilación de los baby boomers es otro de los elefantes en la sala. Una población envejecida, con pensiones altas que pagar y una ratio entre trabajadores y pensionistas cada vez más desequilibrada. No basta con los retoques del Pacto de Toledo. Hay que plantear un modelo que asegure las pensiones al menos los próximos 25 años.
Sacar del sistema las pensiones no contributivas y financiarlas vía impuestos puede ser una solución. Pero para eso se necesita recaudar más. Lo que nos lleva al punto anterior de la reforma fiscal. Sin ingresos no se puede financiar el estado del bienestar y corremos el riesgo de quedarnos con pensiones asistenciales que supongan una merma de la calidad de vida de las personas en sus últimos años de vida.
6. El modelo productivo
Es otro aspecto del que se lleva hablando mucho pero no se dan los pasos necesarios para efectuar los cambios necesarios. Primero fue la construcción, como un sector puntero que generaba mucho empleo y tenía un peso muy elevado en el PIB. Después de la crisis de 2008-2010 emergió el turismo como sustituto.
Ya era un sector importante, pero absorbió gran parte de los puestos de trabajo que se perdieron en la construcción se movieron hacia este sector. El problema es que se habla de potenciar otros sectores que sean más innovadores, más competitivos a nivel global. Pero para esto hace falta además de inversión en formación, porque no se pasa de poner cafés un día a estar trabajando en Big Data, construyendo un parque eólico o solar, etc.
7. El tamaño de las empresas
Por último otro de los males endémicos de la economía en España tiene que ver con el tamaño de las empresas. Es normal que las más numerosas sean las más pequeñas, pero falta un número importantes de empresas de tamaño medio. O son micropymes o nos vamos a grandes empresas.
Y es una cuestión importante para ser competitivos, para tener capacidad de inversión, pero también para soportar mejor situaciones económicas adversas como las actuales. Y no parece que se preste especial importancia a este asunto. Hay zonas como por ejemplo País Vasco que son un ejemplo a seguir, pero son la excepción no la norma.
Imagen | viarami en Pixabay