La Inspección de Trabajo es uno de los órganos que más ha potenciado el Gobierno para tratar de llevar a cabo con éxito el Plan Director por un Trabajo Digno 2018-2020, así como los diversos planes de choque llevados a cabo. Y tras los buenos resultados obtenidos desde agosto de 2018 con un total de contratos temporales convertidos en indefinidos se elevan a más de 273.000 y los incrementos de jornada en contratos a tiempo parcial ascienden a más de 65.000, Trabajo seguirá reforzando la Inspección de Trabajo para luchar contra la temporalidad.
Porque a día de hoy sigue siendo muy improbable que nuestra empresa sea inspeccionada. Tiene que acumular denuncias, que se pueden realizar de forma anónima, pero por lo demás, la ratio de inspectores por número de empresas es realmente alta. Y esto implica que muchas no cumplen con temas legales, que tienen que ver con prevención de riesgos, registro horario, por ejemplo.
Si a esto le sumamos cuestiones como los falsos autónomos, la aplicación incorrecta de contratos temporales que tendrían que ser indefinidos o irregularidades en la jornada laboral, que obliga a transformar el contrato a tiempo parcial en jornada completa, la realidad es que la Inspección es una buena inversión para la Seguridad Social. Porque si lo miramos como una inversión, teniendo en cuenta que los resultados se han multiplicado por dos, solo con la mejora de cotizaciones de la Seguridad Social sale rentable. Además de la cantidad que recauden en multas.
Y la Inspección seguirá reforzándose, lo que al final genera un efecto de propaganda muy importante. Porque muchas pequeñas empresas no cambian de hábitos a menos que conozcan a alguien que ha sufrido una Inspección de trabajo. Veremos si pasa lo mismo con las sanciones por no llevar el registro horario o no hacerlo de forma correcta.
Hay que tener en cuenta que es un cuerpo que tiene que estar en constante reciclaje, ya que los cambios normativos son muchos en función del sector que inspeccionan. Y puede que con la llegada de un nuevo Gobierno además se sumen numerosos cambios legislativos en el mercado de trabajo, que lleva tiempo sin tocarse y parece que hay cuestiones pendientes encima de la mesa.
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