A lo largo de estos años he visto crearse y hundirse muchas empresas de mentira, de hecho casi todas las empresas de mentira que se crean desaparecen en muy poco tiempo. Son empresas de mentira porque no son sostenibles, no ejercen una actividad económica rentable que asegure su pervivencia sino que viven del crédito y cuando éste se acaba la empresa se hunde.
Hasta la llegada de la crisis financiera, que supuso las restricciones de acceso al crédito, era relativamente fácil ver este tipo de empresas, ahora es más difícil pero siguen surgiendo algunas. La cuestión principal es que por modelo de negocio, por la gestión que se hace de él y por la propia estructura del mismo sólo viven del crédito y nunca lo hacen del negocio.
Partamos de la base de que una gran parte de los planteamientos empresariales necesitan de capitalización. Las empresas suelen apoyarse en una financiación externa para ello para, posteriormente, ir amortizando esa deuda con los redimientos de la actividad, que se pueda ampliar o reducir la liquidación de esa deuda dependerá de muchos factores, incluso pueden ser necesarian más financiaciones posteriormente para la compra de activos, nuevas líneas de negocio, expansión de la compañía, etc.
La diferencia entre las empresas de verdad y las de mentira es su sostenibilidad en base a los rendimientos obtenidos en sus actividades. Una empresa de verdad es aquella que explota un negocio que puede ser, en mayor o menor medida, rentable y que desarolla esa actividad en base a un´control del gasto, estrategias para obtener mayores ingresos, vigilancia de los márgenes comerciales, etc.
En las empresas de mentira no se ejerce una auténtica actividad empresarial, se vive del crédito mientras dura. No hay control de los gastos (mientras haya dinero ¡qué problema hay!) ni de los márgenes comerciales (da igual que se pierda dinero con cada venta mientras el saldo del banco sea positivo); no hay estrategias comerciales (a ver si fulanito me manda clientes, tengo un primo que está en el sector y me va a ayudar, ...). Sólo hay una fachada, un bajo comercial o una oficina, y a través de esa fachada se piden préstamos, subvenciones, y todo lo que caiga.
Con el tiempo el dinero se acaba, suele pasar cuando se gasta más de lo que se ingresa y la empresa entra en shock. Todo aquello que depende de la empresa se cae, empresario, trabajadores, acreedores, ... Se intenta conseguir más financiación (echar más leña al fuego) pero los números no cuadran y salvo que se "engañe" a alguien que avale no hay nada que hacer y si encontramos a algien sólo conseguiremos prolongar la agonía y que haya una victima más cuando todo se rompa definitivamente.
Hay empresas de verdad que también pasan por dificultades, quizá tengan una gran cantidad de facturas pendientes de cobrar de empresas de mentira y eso les pone en la cuerda floja, puede que hayan tenido que hacer ajustes drásticos y que la caída de ventas les haya puesto en una situación delicada. Han intentado hacer las cosas bien, han vivido de lo que han producido, de lo que han vendido y han seguido un modelo de negocio. Hay mucho más que fachada detras de ellas, aunque ahora tengan problemas similares a las de mentira.
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