El café en la oficina está tan institucionalizado que son pocas las empresas que le ponen algún pero a los empleados para que vayan a consumir dicha bebida. Según un reciente estudio de Nespreso, la pausa del café dura 20 minutos y se utiliza para socializar y cargar las pilas.
En total son más de tres de cada cuatro trabajadores los que realizan una pausa para tomar café, un porcentaje que aumenta a medida que lo hace la edad de sus consumidores. Esta pausa se considera un momento de pausa que sirve para cargar las pilas o relajarse durante la jornada laboral.
El momento elegido por la mayoría es durante la mañana el momento elegido para hacer esta pausa. Solo uno de cada cuatro elige la hora de después de comer para hacer esta pausa. En parte esto tiene que ver con hacer o no jornada continua o si existen instalaciones en la empresa para tomar una taza o hay que salir a la calle para hacerlo.
Una de cada tres empresas disponen de office o zonas comunes donde poder tomar un café y charlar durante el mismo con los compañeros. Dos de cada tres prefieren tomar su café en las instalaciones de la empresa y el resto prefiere salir al exterior a su local favorito para hacerlo. En ambos casos es un momento donde se aprovecha para conversar y conocer mejor a nuestros compañeros de trabajo.
Es una forma de hacer equipo, de utilizar un ambiente distendido para limar asperezas. Las reuniones informales alrededor de una taza de café ayudan en muchos casos a encontrar soluciones que de otra forma no aparecerían, al menos de forma tan intuitiva.
Una cuestión diferente es la incidencia que tendrá sobre la productividad. Por una parte se trata de perder 20 minutos diarios. Por otra, las pausas son necesarias y ayudan a ser más productivos en el resto del día. Aquí depende un poco de la capacidad de concentración de cada uno de los empleados.
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