Se ha convertido en un tópico, pero no por ello deja de ser menos cierto. En tiempos de crisis, surgen muchas oportunidades para nuevos negocios o nuevas espectativas para los ya existentes. Saber identificar esos nichos de mercado que nadie ocupa y tomar la decisión de ser los primeros en hacerse con ellos es lo que distingue a los líderes.
Liderar es ir por delante, mostrar el camino, influir o inducir a otros, marcar la diferencia. Tomar la iniciativa supone un riesgo, pero más riesgo se corre esperando a que alguien nos diga lo que tenemos que hacer. En los complicados momentos actuales, hay que tener valor para desarrollar una visión de futuro y tomarse tiempo y realizar el esfuerzo que sea necesario para liderar el camino presentando una perspectiva o una alternativa.
Han pasado ya un par de semanas desde el lanzamiento de la campaña Esto sólo lo arreglamos entre todos, iniciativa de la Fundación Confianza, entidad sin ánimo de lucro ni filiación política, impulsada por el Consejo Superior de Cámaras y respaldada por las principales empresas y organizaciones del país, creada con el objetivo de promover una nueva actitud en la sociedad española, actitud que se convierta en el motor de la recuperación de la confianza desaparecida con la crisis.
Esta campaña ha tenído críticas favorables y desfavorables, como no podía ser de otro modo. Los de un lado, a favor de generar una actitud positiva que cree un caldo de cultivo para que la solución a los problemas particulares partan, en primera instancia, del propio interesado. Los del otro lado, con el razonamiento de que detrás de la campaña está la incapacidad de los gobernantes para dar con la solución de los problemas, lo que les lleva a dejar en manos del ciudadano de a pie la busqueda de esas soluciones que ellos no son capaces de aportar.
No sé cuál de las dos partes tiene razón, ni me paro a pensar en ello. Lo que me interesa y, para mi, trascienden en esa campaña son los mensajes de esas personas que, lejos de dejarse llevar por el pesimismo, han sido capaces de dar la vuelta a una situación negativa para transformar sus proyectos empresariales en negocios de éxito. Lideres, a fin de cuentas, que han cogido las riendas y, a pesar de las dificultades, han tomado la iniciativa.
El líder debe asumir riesgos, hacer frente a sus errores, usar plenamente su creatividad y animar a los demás a hacer lo mismo. Sean cuales sean los objetivos y valores perseguidos por el líder, éste ha de avanzar hacia su consecución, debe aprender de las personas que se verán afectadas por las decisiones a tomar para alcanzar esos objetivos y dejarse influir por ellas.
El lider debe escucharse a sí mismo, reunir sus ideales con sus actos y cuando haya discrepancias entre ambos saber conjugar lo necesario con lo deseable y, sobre todo, ser capaz de dirigir todo los procesos de cambio y desarrollar nuevas fortalezas en el camino.
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