Los que me conocen de El Blog Salmón saben que acostumbro a colgar secuencias de películas, normalmente los fines de semana. Películas relacionadas con el mundo de la Economía, de los negocios, etc. Este fin de semana tocan las propinas, así como el arte del cierre en las ventas. Esta última puede ser especialmente interesante para los lectores de este Blog.
Para Pymes y Autónomos he reservado la mítica charla de Al Pacino en Un domingo cualquiera. Una película que, aparentemente, versa sobre el fútbol americano. La acción de la escena se sitúa en el vestuario de un equipo hundido, justo en el descanso de la finalísima de la liga, la SuperBowl. ¿Por qué creo que es oportuna colgarla en este blog?
- En los últimos años, numerosos profesionales del deporte, jugadores y entrenadores, en activo y retirados, etc, se han acercado al mundo de la empresa. Se trata de trasladar, a través de charlas, cursos, y todo tipo de actividades, la experiencia y los valores del deporte de élite al ámbito de los negocios, del entorno laboral. Incluso se han llegado a crear consultoras ad hoc.
- En este sentido, es especialmente importante el papel del entrenador. Actualmente vivimos una eclosión del coaching como moda en consultoría. Sin ser un equivalente 100% del entrenador, son figuras muy cercanas. Por ello creo que visionar este discurso puede ser aleccionador para muchos, especialmente si tienen a su cargo equipos de trabajo. Por la forma, por como empieza suave, casi melancólico, con el ánimo de sintonizar con el estado depresivo de sus hombres, para acabar elevándolos poco a poco, excitándolos y haciendo que recuperen la confianza en si mismos, que habían perdido. Pero también es brillante en el fondo. Por muchos motivos.
- Por ejemplo, por su apreciación acerca de que, en la vida, lo que importa son las pulgadas. Si, en la vida y en los negocios, lo importante son las pulgadas, en múltiples sentidos. Son importantes los pequeños detalles, los pequeños pasos, ya que son la base de los grandes avances. Son importantes los pequeños esfuerzos de cada uno, al lograr, todos juntos, objetivos que individualmente son inabarcables. Son importantes los detalles, la rapidez, la precisión. En el mundo profesional, económico o deportivo, nos la jugamos con la elite, y, un segundo tarde, un euro abajo, son suficientes para definir el ser o no ser.
- Para acabar es de destacar su loa al equipo, al sacrificio individual. Soy una persona individualista y liberal, pero el trabajo o el deporte son actividades de equipo. El sacrificio colectivo en aras del equipo, la solidaridad entre sus miembros, marca las diferencias en los objetivos. Lo difícil, y eso no lo dice el entrenador, es que el sistema no anule la creatividad de los jugadores. El sistema debería estar para, dándole equilibrio, potenciarla, y conseguir que sean mejores como grupo que individualmente.
Toda una muestra de liderazgo
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