Si medimos productividad y no horas podemos pensar en teletrabajo o jornadas de cuatro días

En España muchas empresas están en el sector servicio. Negocios que tienen un horario de apertura para atender a sus clientes y tienen que cubrirlo con empleados presenciales. No importa que hacen en este tiempo, porque una tienda tiene que estar abierta de 10 de la mañana a 9 de la noche, por poner un ejemplo. Pero otras muchas no y se rigen por el mismo patrón. Si medimos productividad y no horas podemos pensar en teletrabajo o jornadas de cuatro días en muchas empresas.

Lo importante no es cuántas horas dedicamos, sino qué cantidad de trabajo somos capaces de sacar adelante en estas horas. Según el II Informe tecnológico de MediaMarkt: la tecnología en tiempos de Covid-19, un 61% de los españoles que teletrabajan considera que rinde más teletrabajando que en la oficina. Y esto teniendo en cuenta que tres de cada cuatro encuestados, un 76,3% han probado esta alternativa por primera vez no está nada mal.

Medir el rendimiento del empleado por algo más que las horas que pasa en la empresa

Hay que tener en cuenta que se ha tratado sobre todo de algo ocasional, no permanente, pero que ha permitido conocer algunos de los inconvenientes, pero también las ventajas de la conciliación o el ahorro de tiempo en desplazamientos. Y además hacerlo de forma productiva. Se esfuma uno de los principales argumentos de muchas organizaciones para no facilitar el uso del teletrabajo, ya se de forma puntual o más o menos estipulado. Trabajar desde casa no implica trabajar menos horas, más bien al contrario. Pero es que en muchos casos además pueden ser más eficientes estos empleados.

Los autónomos también tienen que hacer un esfuerzo por racionalizar horarios. Si no lo hacen muchos de ellos solo trabajan, todo el día y todos los días del año

Es aquí donde la jornada de cuatro días, de la que se está hablando mucho últimamente cobra más sentido. ¿Es para todo el mundo? Lógicamente no, en empresas obligadas a cubrir un horario de atención al público no tiene sentido. Aunque bien es cierto que muchas deberían replantearse sus horas de apertura. ¿Tiene sentido mantener un negocio abierto a horas donde prácticamente no hemos hecho caja?

Si trabajar solo cuatro días nos permite estar más frescos mentalmente para poder mejorar nuestro rendimiento y hacer el mismo trabajo que en la jornada de cinco días, ¿cuál es el problema? La empresa tiene a un empleado más motivado, más fresco y que puede trabajar mejor. Además tiene más fácil conciliar y se reduce el absentismo.

Un problema para conciliar, o tienes carrera profesional o vida personal

En nuestro país todavía vemos muchas oficinas y despachos con gente trabajando más allá de las 7 de la tarde. Es cierto que empezamos a la jornada muy tarde, mucho más que otros países europeos. Además abusamos de jornadas partidas. Lo de parar 20 minutos para comer se utiliza muy poco. Y claro, el rendimiento en muchas empresas en las horas de la tarde no es el mismo que por la mañana.

Y lo cierto es que si queremos ser más competitivos hay que optimizar el tiempo que pasamos trabajando. Al final la sensación que me queda es que hay que elegir, especialmente en determinados sectores. O tenemos una familia, una vida personal más allá del trabajo o dedicamos nuestra vida al trabajo. A medida que se asciende el momento de la elección está más cerca.

El problema es que estos puestos de responsabilidad acaban por trasladar esa misma decisión a sus subordinados. Y todo el mundo pasa mucho más tiempo del que sería necesario en las empresas. Si algo ha demostrado la pandemia es que podemos trabajar desde casa y hacerlo de forma productiva, que podemos dejar de acudir una tarde a la oficina y estar en casa sacando tareas adelante. Pero para eso hay que medir el rendimiento, algo más complejo que ver quién queda en la oficina cuando el jefe sale de su despacho para marcharse a casa.

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