Por qué tu empresa debería tener una partida de presupuesto anual para informática y gastarlo siempre
Uno de los mayores inconvenientes que tienen muchos trabajadores a la hora de ser más productivos son las herramientas que los limitan. No ocurre con todos, pero determinados trabajadores ven como ellos van por delante de sus herramientas y son más rápidos que ellas. Esto es algo habitual con los ordenadores, sobre todo a medida que pasa el tiempo desde que se compraron. Vamos a ver por qué tu empresa debería tener una partida de presupuesto anual para informática y gastarlo siempre.
Se debería incluir como cualquier otra partida de gasto para el correcto funcionamiento de la empresa. No solo se trata de ordenadores, sino también elementos de red como switches, puntos de acceso inalámbricos, VPN para trabajar en remoto, pantallas más grandes o software.
Esto por no hablar de servidores ya sea en local o servicios en la nube que cada día más estamos acostumbrados a pagar por uso, de manera que mensualmente se paga por la aplicación de facturación o el correo electrónico. Y se paga según la cantidad de usuarios que los utilizan o el espacio que consumimos.
¿Cuánto cuesta poner en marcha un puesto de trabajo?
La cuestión es que habilitar un puesto de trabajo supone un coste, algo que muchas empresas no tienen controlado. No se trata de coger el ordenador que lleva un año parado, el más viejo que tenemos, una pantalla que apenas se ve y utilizarlos para un nuevo empleado. Si queremos que este trabajador rinda y sea productivo, necesitará herramientas eficientes.
Y según va pasando el tiempo los equipos se tienen que ir renovando. Y lo tenemos que hacer periódicamente si no queremos ver como todo nuestro parque informático se ha quedado obsoleto. Un ordenador puede tener un periodo de amortización en la empresa de cinco años. Lo que dure más allá de este tiempo en buen estado, lo podemos dar por bueno.
Lógicamente no todos los empleados tienen la misma productividad ni van a necesitar la misma potencia de cómputo. En estos casos lo que se suele hacer es equipar con los equipos más rápidos y modernos a los empleados que nos generan mayor valor añadido, mientras que los ordenadores que retiramos los podemos pasar a otros que no necesitan tanta velocidad.
Los programas también se quedan desfasados
Y luego están los programas que tenemos instalados, que compramos hace años y queremos que sigan siendo igual de eficaces. Conozco empresas que utilizan software de hace 20 años, e incluso más antiguo todavía.
Es un problema no solo de productividad, sino también de seguridad, ya que en la mayoría de los casos no tienen soporte y hoy en día son un riesgo para la seguridad de la empresa y los datos que manejan. Y no los cambian porque no puedan, sino porque en muchos casos no quieren invertir en renovarlo.
Una partida informática en el presupuesto anual
Por todo esto es necesario contemplar una partida en el presupuesto anual destinada a la informática de la empresa. Porque de otra manera no encontramos el momento de renovar los equipos y si no elegimos nosotros, luego fallarán en el peor momento, generalmente cuando tenemos más trabajo.
No dejan de ser una herramienta más de la empresa, pero no se por qué en muchas organizaciones se resisten a mimar este apartado. Cambian y renuevan antes los teléfonos móviles que los portátiles o equipos de sobremesa.
Y luego vienen las sorpresas, nos toca correr, recuperar datos si se ha dañado un equipo, tirar del comodín de la copia de seguridad, si es que tenemos y en definitiva, perder el control y los tiempos en los que queremos ejecutar determinadas tareas.