Los argumentos que tenemos que presentar para llevar a cabo una negociación en el precio del alquiler pasa por varios factores pero los argumentos que podemos presentar son los siguientes: Mejoras sustanciales en el precio de los productos / servicios que nosotros afrecemos a nuestro arrendador a cambio de esta rebaja. No siempre es posible, bien porque no demande nuestros servicios, bien porque no le interesen. Es un arma a evaluar y de paso cogemos un cliente.
Evaluar la rebaja que queremos, durante cuanto tiempo y argumentar los motivos. Si yo pago 1.500 euros mensuales de alquiler, probablemente pueda conseguir un descuento anual de 1.200 euros.
Con las perspectivas actuales de cierre de empresas, es probable que el arrendador evalúe la posibilidad de bajar el precio manteniendo el contrato. El pensamiento de "más vale pájaro en mano que ciento volando" tiene mucho peso en esta negociación.
Ajustar el pago de tasas / impuestos municipales. Cuando un local comercial se ve afectado por una obra municipal en calles, cortes de tráfico, arreglos de aceras... se genera un perjuicio económico durante este tiempo. Es nuestra labor reclamar al ayuntamiento la parte proporcional de los impuestos pagados en ese periodo.
Este tipo de reclamaciones se hacen para obras que duren a partir de 10-15 días y suelen admitirse por todos los ayuntamientos. Otra cosa es cuando nos devuelven el dinero, desde luego.
Optimiza los gastos de mantenimiento. grandes locales cuentan con empresas de servicios contratando la limpieza para rótulos, escaparates y demás. Si varios locales próximos negociamos un contrato conjunto, podremos conseguir mejores precios para todos con la empresa de servicios.
En definitiva, negociar siempre todos los precios, ajustar márgenes lo más posible y plantear alternativas viables para todos disminuyendo costes directos.
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