El teletrabajo y la gestión del espacio físico de trabajo es un tema recurrente en estas líneas. Y, como en otros muchos, no hay blancos ni negros, no hay verdades absolutas ni principios inquebrantables. Por eso, hoy me gustaría hacer de ‘abogado del diablo’ y señalar las razones por las que una empresa sí puede necesitar una oficina física para su día a día.
En la revista Forbes España, en un artículo publicado hace unos días señalaban las seis razones por las que ya no necesitamos las oficinas en las empresas. Y para tratar de compensar y mostrar todas las visiones, voy a intentar rebatir esos seis puntos para llegar a la conclusión opuesta. Veamos.
La tecnología no sustituirá nunca el contacto físico. Señalan el poder de las nuevas herramientas y no puedo estar de acuerdo que éstas nos facilitan la vida. Pero uno de sus principales inconvenientes está en el alejamiento social, también en las empresas. Sólo hay que ver decisiones tomadas por grandes compañías, otrora defensoras del teletrabajo.
Aún hay mucho que hacer en alfabetización digital. Es cierto que las nuevas generaciones que se incorporan a las empresas, tienen un amplio conocimiento de todas las herramientas, pues casi nacieron con éstas bajo el brazo. Pero hay otra parte importante de la población en la que la situación es bien sencilla. Para muestra, un dato: no llega al 9% la proporción de nativos digitales en España según un estudio de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (página 32).
Ahorro. Esta es una de las razones menos rebatibles de la lista de Forbes. Es cierto que se puede reducir de forma considerable la estructura de costes con el teletrabajo y prescindiendo de las oficinas físicas. Pero, sí que habría que decir que la buena organización de un equipo repartido en muchas pequeñas oficinas necesitará de una buena inversión en tiempo y en formación.
Reducción de tiempos en traslados y de los gastos que éstos acarrean, pero potencial incremento de ‘fugas’ y distracciones. Es cierto que hay un ahorro de horas en llegar a la oficina, salir a comer, etc. Pero no lo es menos que en el domcilio particular existen muchos riesgos no de no aprovechar el tiempo al máximo.
¿Más productividad? Hay estudios que señalan en esa dirección, pero en el lado opuesto está la experiencia de grandes firmas, como Yahoo o Microsoft, que han plegado velas tras ver las cifras reales en su día a día. Quizás no todo es blanco o negro.
Mejora de la calidad de vida de los empleados. En teoría es más sencilla la conciliación laboral y familiar, pero siempre en un escenario ideal donde haya horarios fijos y sin extralimitarse (ni por el empleado, ni por la empresa). No siempre ese escenario se puede cumplir.
Flexibilidad en la elección de espacios de trabajo. La conexión a internet y la movilidad permite que cualquier lugar público pueda ser un lugar potencial para cumplir con las tareas. Pero no siempre eso tiene que ser positivo, puesto que el aprovechamiento del tiempo en esos múltiples espacios puede no ser el óptimo.
Reconozco las enormes bondades del teletrabajo y las he señalado en varias ocasiones en estas líneas. Pero hoy quería hacer de ‘abogado del diablo’ y poner el otro lado de la balanza aprovechando el artículo de la revista económica.
Es tu turno. ¿Qué lado de la balanza crees que pesa más?
En Pymes y Autónomos | El teletrabajo, las pymes y la flexibilidad en los horarios, Autónomo, ¿realmente necesitas una oficina? Imagen | Ed Yourdon