Crecer, crecer y crecer. Ser grande y lograr mejores ganancias y resultados. Ese suele ser, normalmente, el mantra de un buen número de pequeñas empresas. En un mundo cada vez más globalizado y con 'gigantes' controlando gran parte de los sectores económicos, tiene su lógica. Pero, cabe preguntarse: ¿Aumentar el tamaño a costa de qué? ¿A cualquier precio?
Hace unos meses, la compañía 37signals protagonizaba una decisión que llamaba la atención por ser poco habitual: volvía a sus orígenes, dejaba a un lado las líneas de negocio creadas para diversos productos y se centraba en uno de ellos. Concentraba sus esfuerzos en lo que, realmente, sabían hacer bien. Sin más aspiración que perfeccionar ese servicio a través de una empresa con 'espíritu' de pequeña.
La experiencia del fundador de 37signals
Precisamente, el fundador de esa compañía, Jason Fried, dio algunas claves hace unos días sobre por qué mantenerse pequeños puede ser una ventaja competitiva, pese a esa globalización y ese incremento de la competencia. Lo hacía en un evento organizado por la web Inc.com en el que dejaba claro algo:
No tienes que ser un Apple o Amazon, ni una empresa con un crecimiento salvaje; puedes ser una gran compañía que construye algo útil para sus clientes y los trata bien a ellos y a sus trabajadores.
Y en este sentido, hacía hincapié en algo que se ha venido demostrando en los últimos tiempos: "Las pequeñas empresas pueden hacer cosas que las grandes no pueden hacer". Esa posibilidad de virar, de decidir de manera rápida, de fallar sin que sea una catástrofe económica... Hoy eso también es una ventaja.
Pero, yendo a lo práctico, Fried señalaba tres grandes 'principios' para construir un negocio pequeño con éxito:
Centrarse en un solo producto. No sólo por la lógica especialización, sino por hacer más fácil el funcionamiento de la empresa y por cuidar de una manera más cercana y directa a los clientes.
Evitar a los inversores, en lo posible. "Cuando tomas dinero desde fuera, tú ya estás en el reloj de otra persona", explica. Eso obliga a muchas cosas.
Mantenerse simples. En el funcionamiento de los servicios y productos que se ofrecen y también en el que se refiere a la propia empresa.
A estos principios suma algo también interesante: la importancia de ser útiles. "Lo divertido desaparece; lo 'cool' puede desvenecerse, pero lo útil nunca desaparece", afirmaba. La clave es construir algo que la gente realmente quiera usar.
¿Pecando de poco ambiciosos?
Puede que haya quien leyendo estas palabras de Fried pueda pensar que es una llamada a ser poco ambicioso, a convertirse en alguien conformista. Nada más lejos de la realidad. Creo que es un 'canto' a la sencillez y a la ambición sana. Una ambición por ser mejores, y no más grandes.
Una ambición para ofrecer el mejor de los servicios, sin que eso implique ganar un tamaño que acabe convirtiéndose más en un lastre que en una ventaja.
En Pymes y Autónomos | ¿Plegar velas, volviendo a los orígenes, para recuperar la esencia de la empresa? El caso 37signals
Imagen | Matthew Johnston