El aspecto comercial es sobre el que debería pivotar toda la estrategia de cualquier empresa y, en particular, el de cualquier emprendedor. Por eso la estrategia de marketing no es algo que uno se pueda plantear delegar en terceros cuando uno empieza a dar sus primeros pasos.
Por regla general, a pesar de la notable importancia y relevancia de esta función en la empresas a los emprendedores, es la parte que más pereza les provoca, en gran parte porque se menosprecia su influencia sobre el desarrollo del futuro negocio.
Involucrarse en el are del marketing resultará beneficioso ya que permitirá desarrollar un tipo de habilidades que repercutirán positivamente en tu proyecto de empresa.
Razones por las que el marketing es importante cuando se emprende
- Creatividad
Una de los funciones en la que más se ejercita la creatividad es indudablemente en el marketing y, en concreto, en lo relacionado con la promoción y publicidad. Asumir en primera persona la promoción de nuestra empresa nos ayuda por un lado a entender mejor nuestros productos y servicios y a nuestros clientes, lo que influye en adaptar nuestro portfolio a nuestros clientes de la mejor manera para sus necesidades.
- Estrategia
El marketing se basa en diseñar estrategias para hacer frente a los retos que plantea el mercado y nuestros competidores para conseguir competir con ellos de la manera más adecuada para obtener los mejores resultados.
- Cliente
Bajo este concepto genérico se agrupan las distintas tipologías de clientes a los que hay que atender, comprender y poder satisfacer sus necesidades mediante la peronalización de nuestra oferta. En pocas palabras, esto significa, comprender las oportunidades que presenta tu negocio y aprender de cada uno de tus clientes.
- Adaptación
El marketing es algo dinámico y, sobre todo, lo que permite es desarrollar habilidades y capacidades para adaptarse a los cambios ya que tanto las exigencias del entorno como de nuestros clientes así lo exigen.
Por tanto, asumir las funciones de marketing lo que nos va a permitir es un conocimiento más profundo tanto del mercado, del cliente como de nuestra oferta de bienes y servicios. En definitiva, nos aportará un conocimiento global de la realidad en la que se desenvuelve nuestro negocio, lo que nos permitirá ser más competitivos.
Imagen | Heisenberg Media
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