A muchas empresas les gustaría aumentar su fuerza de ventas. En este sentido no siempre se puede ampliar personal en dicho departamento, pero se pueden seguir otras estrategias. Porque quizás no puedes tener más comerciales pero si hacer que los clientes te recomienden. Es una alternativa a la que la mayoría no le saca partido.
En alguna ocasión hemos hablado de la necesidad de hacer de los clientes los mejores embajadores de nuestra compañía. Para lograrlo lo primero es tener un servicio postventa bueno, de modo que el cliente se sienta siempre acompañado y vinculado a nuestra empresa, manteniendo un lazo entre ambas.
Es importante mantener una comunicación fluida con esta red de embajadores, manteniéndolos al día de las mejoras introducidas, las novedades, etc. Incluso es interesante que sean ellos los primeros en probarlas para que nos den su opinión. En definitiva se trata de darles la importancia que tienen para nuestra organización.
Logrado esta parte que es complicada, mantener a los clientes que ya tenemos contentos con nosotros, hay que incentivar estas recomendaciones. Un ejemplo sería articular un programa de incentivos para clientes, de manera que si nos traen a uno nuevo y se traduce en ventas, ellos tengan un recompensa.
En este sentido tenemos que lograr que ambos salgan ganando. La empresa porque tiene un nuevo cliente por este canal. El coste de adquisición suele ser mucho menor que el de un cliente captado por el canal comercial, incluso aunque se recompense a aquél que nos ha recomendado.
Por último hay que tener en cuenta que los clientes que nos puedan traer dependen a su vez de la confianza que ellos generan en otros negocios similares al suyo. Por eso es necesario seleccionar muy bien a qué tipología de clientes queremos convertir en embajadores.
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