La pregunta que también se ha convertido en costumbre cuando tropiezas con alguien que viene de allí, es la siguiente: ¿Había mucha gente?. Es una manera simplista de conocer si los ciudadanos consumen o no. La respuesta suele ser "había mucha gente mirando" ¿Podría el Mercado convertirse en un negocio de corte turístico?
La sorpresa me la he llevado hoy al leer la noticia sobre el Mercado Central de Valencia. Han convertido lo que venía siendo un problema, al igual que en Alicante y otras ciudades de España, en una solución positiva para las partes implicadas.
Los grupos de turistas no consumen tanto como el comprador tradicional y autóctono, y con su presencia entorpecen el paso por los pasillos. En principio la asociación de comerciantes pensó en cobrar a los turistas una entrada. Lo cual me parece excesivo.
Pero tras pensar en una solución que fuera rentable y más creativa, han decidido contactar con las principales agencias turísticas para proponer un acuerdo que contemple visitas guiadas con valor añadido y actividades extra para los visitantes.
La afluencia turística en la ciudad y en especial en el Mercado ya ha motivado la aparición de puestos que ofrecen productos destinados al sector extranjero e incluso la creación de un servicio a domicilio, pero la asociación de vendedores intenta que el beneficio sea repartido como lo son los problemas que generan.
Me parece una demostración de ver el vaso medio lleno en vez de vacío. Los grupos de turistas se estaban convirtiendo en un obstáculo para los comerciantes y también para los clientes.
¿Qué camino han adoptado estos trabajadores? El de mejorar su experiencia como visitantes y turistas, ofrecer un valor añadido y así solucionar lo que podría haberse quedado en una mera anécdota.
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