La coherencia no sólo es un valor en la vida personal de todos nosotros. Lo es también en la vida de una marca, de una empresa. Es uno de los ingredientes para ser recordadas, para hacer que los clientes se sientan identificados con ella. Y en este caso, 'vender' un relato positivo coherente allana el camino y hace que esa afinidad con el público objetivo al que te diriges se haga algo más sencilla.
Al margen de si debe tener ese acento positivo o no, lo que es evidente es la necesidad de muchos de los usuarios de escuchar historias. Ese paso añadido, ese plus en la promoción de una marca puede ser el determinante a la hora de hacer que ésta sea recordada. ¿Por qué el spot de Campofrío con los cómicos españoles será difícil que se borre de nuestra memoria? Porque conseguía emocionar contando una sencilla (y difícil, a la vez) historia.
¿Y por qué positivo? En este tema, seguramente tenga detractores y es lógico. Existen muchas voces que señalan la mayor utilidad para tener repercusión de la polémica en el marketing. Es cierto que hay ejemplos que pueden corroborar esta posición. De eso no hay duda. Pero, sí estoy convencido de que, frente a ese primer impacto de lo negativo, un relato que 'venda' justamente lo contrario hace más sencilla esa fidelización.
Y a esa necesidad de contar historias, de construir poco a poco un relato se une la importancia de mantener la coherencia a lo largo de la historia. Será mucho más fácil la identificación de la marca y, además, ser más valorado por unos usuarios que no entenderían cambios bruscos y sin sentido en los mensajes. ¿Quiere esto decir que no puedo cambiar los planes de mi empresa a mitad del 'recorrido' ni dirigir mis esfuerzos a otro público objetivo? No. Significa que los virajes no justificados, defendiendo hoy una postura y mañana la contraria, acaban por pasar factura.
Sea en positivo o no, construir contenidos a base de historias con un marcado acento personal representa ese paso importante en el arduo y largo camino de construcción de una marca. Los seguidores quieren algo más que los mensajes tradicionales. Lo difícil está ahora en conseguir armar un buen relato.
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