El bolsillo de los españoles se ha resentido a marchas forzadas desde el inicio de la crisis económica, hasta el punto de que en este período han cambiado sus gustos, su presupuesto, los establecimientos en los que realizan sus compras, y en definitiva, su manera de comprar los bienes y servicios que necesitan.
Al mismo tiempo, las empresas se han tenido que reinventarse para ofrecer productos y servicios mostrados en nuevos formatos, con nuevos 'aditivos', para así lograr unos precios mucho más asequibles y competitivos. E incluso, a reducir sus márgenes, muy a pesar del descenso de su ventas, el encarecimiento de las materias primas, y las alzas de impuestos que han sufrido en varias figuras tributarias.
Bien es cierto que la estrategia de bajar los precios es un arma muy peligrosa, porque muchas empresas ya contaban con unos márgenes muy ajustados, y un pequeño descenso de las ventas podría llevarles a un punto de no retorno. Por lo que han ganado enteros otras estrategias como el diseño de nuevos formatos, adaptándose al presupuesto de los clientes, o incluso, diseñar nuevos productos o 'importar' otros existentes.
Este es, por ejemplo, el caso de algunas pastelerías que ha importado la receta de algunos dulces como el Panettone, que son más baratos que los tradicionales mantecados, y que están motivando un desplazamiento importante de la demanda. De tal manera que han logrado mejorar su facturación mediante un producto más económico.
En Pymes y Autónomos|Un producto alimenticio ha de tener imagen para triunfar Imagen|Nicola