Hablar de la venta cruzada es un tema bastante peliagudo, ya que suelen ser unas aguas pantanosas al mezclarse la necesidad de vender y rentabilizar al cliente, y por otro lado la responsabilidad de la empresa en proporcionar soluciones útiles y eficaces.
De unos años a esta parte he notado cierta confusión en este sentido, ya que cada vez son más las empresas que explotan de manera excesiva este concepto, lo que está llevándoles a minar la paciencia de sus clientes, al sentir estos que son objeto de ofertas excesivas con el simple objetivo de que adquieran los productos y/o servicios que se le ofrecen.
Por ello, para interpretar de una manera óptima este concepto debemos tener muy claro qué es lo que necesita nuestro cliente, y una vez hecho este ejercicio dirigir hacia él las acciones comerciales que más se identifiquen con sus necesidades, ya que solo así conseguiremos incrementar nuestras ventas, preservaremos una relación comercial a largo plazo con nuestro cliente, y este se sentirá ‘bien asesorado’.
Entiendo que estos tiempos que corren son complicados, ya que los números han de salir, y las ventas no terminan de salir en muchos negocios. Pero siempre es preferible realizar este ejercicio, porque lo que no podemos olvidar es que nuestra empresa es un proyecto de largo plazo, y que con acciones comerciales masivas y precipitadas podemos condenarlo al fracaso.
En Pymes y Autónomos | No hay reglas para 'hacerse rico'
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