Hoy en día, en una sociedad cada vez más globalizada y plural, en la que existen muchos grupos de interés, y se han de respetar las distintas opiniones, culturas, y modos de hacer y entender. Cada vez son más las empresas que están manifestando dificultades a la hora de publicitarse, ya que cada vez que se elabora un nuevo corte publicitario en cualesquiera de sus formatos, se exponen al riesgo de incumplir alguno de estos preámbulos, ofendiendo sin querer (entiendo que siempre se actúa de buena fe) a algún colectivo.
El último caso que se ha conocido a este respecto es la crítica que ha suscitado el anuncio del producto Tampax del grupo Arbora & Ausonia, protagonizado por la actriz Amaia Salamanca, que ha sido tachado de ofensivo contra la figura de la mujer. Cuya demanda no ha sido admitida al considerarse que no es discriminatorio ni atenta contra estas.
Con hechos como este, se confirma una vez más que los departamentos y equipos de marketing de las empresas cada vez tienen que hilar más fino para no herir la sensibilidad de los distintos grupos sociales que conforman nuestra sociedad, que cada vez ejercen una mayor presión, denunciando cada detalle o acción que pueda ser objeto de cualquier tipo de vulneración.
A pesar de ello, esta situación no debe convertirse en miedo, ya que si actuamos de buena fe difícilmente podamos adentrarnos en un 'embolado' de este tipo, planificando las acciones comerciales con el mayor rigor y contraste posibles, y sobretodo, teniendo la humildad para aceptar las críticas que aparezcan.
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