Marketing con mal gusto: insultos a cambio de cañas


La imaginación de nuestros emprendedores no deja de sorprendernos. Los propietarios de un bar de Cullera permiten insultar a sus clientes, como vía de escape y desahogo por la crisis a los camareros.

Además, si el insulto les parece adecuado, te pueden invitar a una caña. No vamos a entrar qué es un insulto “gracioso” o adecuado, porque no veo ninguno que encaje, pero como idea de liberar tensión y endorfinas ahí está. Y si de paso aumentan ventas, pues ahí está.

Comentaba hace tiempo como los Maid Cafés creaban sensación en Japón, pero aquí hemos optado por la adaptación “tipical Spanish” de nuestra propia idiosincrasia y extrapolación de nuestro buen vocabulario e imaginación.

La verdad que yo no veo este formato para atraer clientela y lo veo casi problemático de controlar en un momento dado, pero la aceptación inicial que ha tenido parece ser que es buena. No me veo yo entrando a un bar y pidiendo “ponme una caña cabrón y una de calamares hijo p@$#”, aunque bueno un mal día lo tiene cualquiera.

El otro problema que veo es la finalización de la promoción, porque i tu acostrumbras a tu clientela a estos hábitos, es probable que te cuelgues el San Benito de por vida. Además, si tiene alguna cabida en un negocio es en hostelería desde luego, aunque en otros muchos negocios, estemos pensando esto cada dos por tres.

Vía | El Mundo
Imagen | nevado
En Pymes y Autónomos | El marketing de regalar dinero

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