La mala publicidad es invisible. lo saben bien aquellos que se dedican a cambiarla sistemáticamente de forma, de posicionamiento, etc. Conocen que el ojo humano se acostumbra y lo evita. Lo curioso es que es fácil hacer buena publicidad, barata y muy visible, siempre que haya algo bueno que mostrar. Pensemos por un momento en la gran oportunidad que nos ofrecen webs como YouTube o Vimeo como herramienta publicitaria.
En este sentido, os recomiendo a todos la visión del video dirigido por Jesús Plaza para cycle-on, una empresa dedicada al mundo de la bicicleta, un spot largo donde se recoge el proceso de reciclaje de una vieja bicicleta en una nueva acorde con los gustos actuales. Un ejemplo de artesanía del siglo XXI.
Comparad la emoción, la profesionalidad, la verdad que transmite en video en comparación con el clásico spot vendeburras en una tele local o una cuña publicitaria de medio pelo en la emisora de nuestra ciudad. Dan ganas de reenviarlo, de convertirnos en embajadores de la firma (de hecho lo estoy siendo).
En muchos de vuestros negocios, de vuestras empresas, se puede hacer algo similar, algo que transmita feeling, que cuente una historia. La pregunta es si somos capaces de salirnos del camino trillado de la publicidad convencional.
¿Lo somos?
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