No sólo se ofrece una visión descuidada, además muestra poca inteligencia por parte de los responsables. ¿Cómo te va a confiar alguien un trabajo si ni tú te preocupas de mantener cuidada tu 'casa'? La coherencia entre lo que ofreces y lo que eres en Internet es de sentido común.
Por ejemplo, una agencia de marketing y diseño muestra un apartado en su página con sus últimos trabajos. Las imágenes no se ven, los enlaces no funcionan. Los artículos de su blog no tienen una línea a seguir en cuanto a estructura, por lo tanto ofrece una imagen de desorden, falta de seriedad, de eficacia y cualquier otro apelativo que se le ocurra a la persona que esté pensando en contratar sus servicios.
Este tipo de situaciones se dan cuando por el lugar han pasado distintos trabajadores, colaboradores..., cada uno ha querido dejar su sello y al final, el conjunto o la misión de la empresa queda difuminada. De diez personas que han intentado crear una imagen consistente sólo uno o dos lo han logrado.
Es importante saber discernir entre quienes tienen voluntad y quienes saben lo que están haciendo y valorarlo. Es por esto, que algunas empresas no terminan de resultar serias o creíbles. Cada dos o tres meses una persona se hace cargo de su presencia en la red y el resultado es caótico.
Si queremos que nos tomen en serio y lo más importante, conseguir clientes y ofrecemos calidad, seamos los primeros en brindar y demostrar ese valor con el ejemplo. ¿Quién va a confiar en alguien que se autodenomina experto en comunicación si leemos faltas de ortografía en su página web?
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