Otro concepto que debemos manejar, quizá más complicado, es disponer de disciplina mental para mantenerse al margen de pequeños detalles que rodean a la propiedad del negocio para abstraernos y pensar de una manera estratégica, más sistémica que nos evada de asuntos particulares para darnos una visión holística de la configuración empresarial, esta visión y manera de afrontar las decisiones está muy vinculada a: La oportunidad: - ¿Existen factores favorables en el entorno que aseguren o predispongan para el crecimiento? - ¿Es difícil que los competidores entren en el mercado, las barreras de entrada son restrictivas? - ¿Vamos a ser capaces de sostener en el tiempo nuestra ventaja competitiva y "blindar" nuestra situación frente a terceros?
La propiedad: - ¿Disponemos del talento, la tenacidad, la competitividad y el carácter fuerte como para llevar a la empresa a la cima? - Sabemos analizar una oportunidad. Qué áreas ciegas de conocimiento debemos nutrir para incrementar nuestra experiencia y cómo lo vamos a resolver...
Para un próspero negocio nada más potente que definir qué significa el éxito para cada uno y abstraernos del día a día de las operaciones con la evaluación constante de nuevas oportunidades de crecimiento. Tenga en cuenta que lo que hace grande a una empresa es la tenacidad y un fuerte apetito competitivo.
En Pymes y Autónomos | ¿Emprendedor o CEO? Imagen | Surian Soosay