Cada vez son más las pymes y negocios que se suben al tren de la exportación a clientes de países extranjeros, de manera que para muchas de ellas el porcentaje que acaparan sus exportaciones supera con creces al de las ventas locales, lo que les permite 'esquivar' los envites de la crisis como en el caso de la economía española.
No obstante, esta vocación exportadora también entraña sus riesgos, tal y como está sucediendo a muchas empresas que centraron sus miras en el mercado ruso tras el veto que ha efectuado este país respecto a un gran número de productos agroalimentarios procedentes de la unión europea.
Aunque en los últimos días se han anunciado dos paquetes de ayudas para las empresas de los países miembros que están padeciendo sus consecuencias, a la postre, se presumen insuficientes, no solamente para reparar los daños coyunturales, sino que también para los negocios futuros, ya que hay que tener en cuenta que muchas de estas empresas han acometido grandes inversiones en este país, lo que podría comprometer el retorno de la inversión en el caso de que las tensiones políticas sigan su curso.
En consecuencia, la estrategia más recomendable sería llevar a cabo una diversificación geográfica, puesto que siempre nos procurará mayor estabilidad y tranquilidad el hecho de que nuestras ventas se repartan con equilibrio entre varios países en el caso de que pueda surgir algún conflicto geopolítico en cualesquiera de nuestros países destino de nuestros productos y/o servicios.
En Pymes y Autónomos | China será un gran cliente además de destino de nuestras exportaciones Imagen |