El efecto sartenes del banco, así es como podríamos definir lo que un empleado puede sentir cuando en su empresa recibe una cesta de Navidad, una botella de vino o cualquier otro presente en estas fechas. Porque la realidad es que la mayoría de empleados prefieren una subida de sueldo a cualquier otra mejora en la empresa.
Incluso por encima de medidas que favorezcan la conciliación, que pueden suponer ahorrar mucho más que la subida de salario, ya que evitan en muchos casos, tener que realizar gastos extras, especialmente si tenemos hijos en edad escolar. También por encima de promociones internas o formación. La subida de sueldo pone de acuerdo a todos.
El efecto de la cesta de Navidad es la palmadita en la espalda, el reconocimiento del esfuerzo, una especie de propina, que en muchos casos ya se encuentra institucionalidado. Pero al ofrecerlo a todos los empleados no todos lo valoran igual. Porque en muchas empresas no todos reman igual para avanzar. Si al final del año el empleado comprometido recibe lo mismo que aquel que en cuanto puede se escaquea, no es un reconocimiento al esfuerzo o al compromiso.
Sin embargo este tipo de gratificación ataca a nuestro subconsciente. Incluso aunque esa botella de vino o esa cesta ni siquiera vaya a cambiar nada en nuestra Navidad. Nos vamos con un regalo, cuando es mucho menos de lo que supondría un pequeño aumento de sueldo que muchas veces nos niegan porque la empresa no "puede" pagar más. Y la realidad es que una subida salarial es un aliciente para mantenerse fieles a la empresa.
La formación, la promoción interna o la conciliación ayudan a mejorar nuestras condiciones de trabajo, pero al final la mayoría de las personas trabajan para poder vivir y necesitan que la remuneración que reciben por ello cubra sus necesidades más básicas. Si cobramos el salario mínimo, por muy buenas condiciones de trabajo que tengamos no llegará para mucho.
Recuerdo que una vez me lo explicaron de forma bastante gráfica. Tengo un buen trabajo, me gusta lo que hago, tengo un buen horario y tengo tiempo libre, pero no puedo disfrutarlo porque no me llega el sueldo. Puedo pasear, mirar el mar, pero no puedo permitirme ir al cine. Y por eso necesito cobrar más, sino es aquí, será en otra empresa.
Imagen | Voicu Oara