Aunque parezca mentira la mayoría de empresas en España prácticamente siguen trabajando como hace 30 años. Están pegados a su oficina y trabajan en un ordenador de sobremesa que depende de un servidor ubicado en sus propias instalaciones. Y ahora muchas empresas necesitan mejorar sus herramientas para trabajar en movilidad que implica la nueva normalidad.
Se sienten más seguros manteniendo la información bajo su control. O al menos la sensación de control, porque la puerta de Internet que abre su oficina al mundo muchas veces no está tan cerrada como debería. En parte su resistencia a implantar teletrabajo está en parte relacionada con este apego a sus oficinas.
Por eso poco importa tener un protocolo de correo anticuado, si solo lo vamos a leer en nuestro gestor de correo de escritorio en nuestro ordenador de sobremesa. También tiene algo que ver con la capacidad de desconexión. Se cierra la puerta y se deja atrás el trabajo. Ahora tenemos que aprender a hacerlo en un mundo siempre conectado.
La nube es una oportunidad que muchos veían, pero que no eran capaces de encontrar cómo sacarle rendimiento. Ahora ven las ventajas que tiene para trabajar sin estar apegados a esta oficina. Y a más de una compañía le ha hecho tomar la decisión de realizar la transición. Tal vez no será este año, pero si en el próximo lustro veremos como muchas pequeñas empresas se abren a estas opciones.
Lo mismo podríamos decir de determinadas infraestructuras, claves para muchas empresas, como centralitas virtuales o VPN para unir diferentes sedes o trabajar desde casa como si estuviéramos en nuestro despacho suponen una oportunidad que muchas no dejarán escapar.
También la comunicación y planificación son claves. La eficiencia en la transmisión de la información a nivel interno evita muchos errores y ahorra mucho tiempo. Y este proceso que parece tan sencillo no está bien resuelto en muchas empresas. Y es el momento de comenzar a realizar el cambio.