Los galimatías burocráticos que sufrimos día a día en nuestro país parecen una traba más para el desarrollo empresarial y aunque se realizan esfuerzos por simplificar y agilizar los procesos seguimos en una situación algo caótica por la falta de información de muchas instituciones. Ayer, por ejemplo, un compañero tuvo que enfrentarse a la frustración en las oficinas del INEM a las que se dirigió para hacer una consulta sobre una contratación.
Previamente me preguntó sobre el decreto referente a la contratación de menores de 30 o parados de larga duración que reduce los pagos a la seguridad social ya que estamos en proceso de ampliar un proyecto y lo habíamos comentado con anterioridad.
Le comenté el funcionamiento del asunto tal y como entendí de su lectura hace unos meses y se encaminó al INEM a preguntar al respecto ya que se quiere contratar a un menor de 30 años. Su sorpresa fue mayúscula al ser atendido por hasta 5 funcionarios que le dijeron que no podía acogerse a ello pues la ayuda era para contrataciones de menores de 30 años que además fueran parados de larga duración. Se fueron sumando funcionarios confundidos que no sabían exactamente cómo argumentarlo.
Yo le había comentado que creía que eran argumentos independientes tras el último decreto transitorio aunque tampoco había buceado demasiado en esas aguas (por eso era mejor confirmarlo con el INEM, claro). La “respuesta” generó desconfianza.
En el INEM le insistieron, entre dudas y confusión, que no era así e incluso preguntó a su asesor laboral y le confirmaron tal extremo aunque sin dar demasiada confianza al respecto. Tras tanta negativa decidió buscar el decreto y pudo leer lo que le había comentado, es decir, que son dos requisitos independientes que ahora, de forma temporal, no tienen por qué coincidir.
Mañana volverá al INEM pero ya se pregunta para qué sirve hacer tantas colas (e incluso pagar a un asesor laboral) para luego tener que mirar él mismo la solución en el real decreto. Aunque no tenga razón agradecería que le dieran una argumentación solida y sin fisuras en los organismos pertinentes.
Lo curioso fue la sorpresa con la que le atendieron los funcionarios y la intervención de hasta 5 personas que parecieron incapaces de dar respuesta a su consulta y que simplemente le terminaron despachando sin buscar la confirmación legal de sus argumentos.
Desconozco cuántos habrán pasado por allí preguntando sobre la medida pero no sé de qué sirve sin luego las personas que deben gestionarlas se mueven en “otra dimensión”. Sé que es un decreto reciente pero ya ha pasado tiempo suficiente como para que los organismos oficiales estén informados correctamente. Pedimos un trato profesional en el que se pueda confiar ¿tan difícil es?
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