Con este escenario, se ha puesto en marcha una acción institucional para tratar de conseguir que sea declarada Patrimonio mundial de la Unesco en 2014 y que, gracias al respaldo que suponga este reconocimiento, se convierta en un foco atractivo para emprendedores, comerciantes, dinamizadores turísticos, etc.
Para organizar este movimiento se han sentado en la misma mesa el Ayuntamiento, la ADR, la Fundación Valle Salado, la Diputación y el Gobierno Vasco. Cuando interviene la administración para dinamizar cualquier iniciativa, en especial si es “emprendedora”, echo a temblar, sin embargo en esta ocasión, creo que es para felicitar la manera en la que están abordando el proyecto.
En primer lugar se han fijado en experiencias similares de éxito o lo que los especialistas llamarían benchmarking y han visitado la localidad burgalesa de Frías que anteriormente promovió una acción similar, han replicado el modelo con adaptaciones a la idiosincrasia local, con una caravana emprendedora en la que han participado varias personas interesadas en desarrollar una actividad empresarial que ha servido para “vender” la capacidad económica y de generación de ingresos del municipio y atraer inversión que dinamice la maltrecha economía local (comercios, alojamientos, bares, actividades…)
Lo de menos es el resultado, lo que realmente es destacable es la manera de afrontar la situación por una vía diferente a la subvención y al intervencionismo salvaje, creo (y es una opinión) que es una manera mucho más eficaz de destinar los recursos de la administración que la simple ayuda directa, es interesante este modelo de poner a disposición de potenciales iniciativas las herramientas sin mayor intromisión y ser vendedores de nuestra realidad. En ocasiones la intervención de la administración no hace otra cosa salvo complicar y retrasar lo que por otras vías sería mucho más sencillo, en esta ocasión su papel de comercial que facilita la operación es de lo más acertado.
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