En muchas oficinas con los equipos de aire acondicionado podemos pensar que no es necesario, pero lo normal es que la temperatura sea más alta, aun con estos equipos activados. De esta manera el aire que entra en nuestros equipos está un poco más caliente de lo que es habitual y éstos se refrigeran peor. Si no contamos con aire acondicionado más razón aún para tratar de optimizar los flujos de aire.
En los equipos de sobremesa las rejillas de ventilación, así como los ventiladores y el disipador que refrijera el procesador deben estar limpios. Esto lo podemos conseguir de forma sencilla con una pequeña brocha para ayudar a desprender el polvo y un aspirador para que no se esparza por toda la oficina. Por lo general los equipos que están a ras de suelo acumulan más suciedad que aquellos que están sobre la mesa.
Si tenemos posibilidades lo mejor es utilizar un compresor para esta tarea, aunque tendremos que sacar los equipos al exterior si están muy sucios. Los botes de aire comprimido son una alternativa, aunque no tan eficaz y a la larga más cara que el propio compresor.
Los equipos portátiles también deben tener las rejillas de ventilación limpias. A veces es más complicado acceder los ventiladores interiores, por lo que debemos procurar que por lo menos la parte externa esté despejada. En caso de observar que el equipo se calienta en exceso si hacemos un uso intensivo del mismo lo mejor es optar por una base de ventilación externa, que nos ayude a llevar aire a dichas rejillas.
Por último, aunque su uso todavía no está muy extendido en las empresas los tablets también sufren con el calor en verano. Las fundas que nos ayudan a protegerlos en muchas ocasiones hacen que estos equipos no disipen el calor tan bien como debieran, aumentando su temperatura. Aunque no son equipos de uso intensivo, pueden darnos algún susto que otro, ya que muchas veces trabajamos con ellos en el exterior.
En Tecnología Pyme | Herramientas para la limpieza de los equipos informáticos Imagen | Javier Aroche